Ginebra, 21 de octubre de 2014 (PL).- Más del 10 por ciento de los jóvenes en América Latina y el Caribe está hoy sin empleo, advierten estudios recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En los últimos años la región se ha visto severamente afectada por las altas tasas de desocupación y de informalidad laboral, problemas que afectan con mayor dureza a la población menor de 25 años.
De este grupo etáreo se estima que el 13,9 por ciento busca trabajo, lo que significa que casi ocho millones de jóvenes no tienen sustento económico, indicó la OIT.
Esta cifra es un poco más del doble de la tasa de paro general en la región durante el primer semestre del presente año (seis por ciento) de acuerdo con la más reciente edición del reporte conjunto de la OIT con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La crisis laboral en Latinoamérica constituye un problema multidimensional, que demanda más y mejores trabajos para la juventud reconoce el documento.
Otra alarma en la región es la alta incidencia de la informalidad laboral, que afecta a seis de cada 10 jóvenes que comienzan a trabajar.
En Latinoamérica cerca de 27 millones de menores de 25 años están ocupados, pero con bajos ingresos, sin protección social ni derechos, continúa el informe de la OIT.
El resultado final de esta crisis son al menos 35 millones de jóvenes que pueden ser víctimas de desaliento y frustración ante la persistente falta de oportunidades laborales, sentenció.
Los obstáculos que sortean los que recién se inician en el mercado laboral también afectan los esfuerzos por superar las situaciones de pobreza y desigualdad en la región, concluyó la experta.
"No hay soluciones mágicas ni soluciones únicas para esta problema", afirmó el especialista regional en empleo juvenil de la OIT Guillermo Dema, quien considera necesario formular combinaciones de medidas que se adapten a la situación de cada país.
Entre las alternativas desarrolladas por los diferentes gobiernos se encuentran las mejoras en la calidad y el acceso a la educación, al igual que programas de formación profesional, que preparan al trabajador para enfrentarse a las nuevas demandas del mercado laboral y aspirar a un puesto de trabajo más competitivo.
La OIT resalta la importancia de la inserción laboral y de todas aquellas alternativas encaminadas a favorecer los empleos formales y aumentar la cobertura de la seguridad social.
En varios países latinoamericanos se brinda apoyo a las iniciativas empresariales de los jóvenes que les garantizan los recursos para emprender sus propios negocios y que estos a su vez se conviertan en fuentes de trabajo formal.
A pesar de todos los avances aún queda por hacer. Las estimaciones de la OIT apuntan que sólo el 37 por ciento de los jóvenes cotizan al seguro de salud y el 29,4 por ciento al sistema de pensiones, por lo que la formalización del empleo para este grupo social es y seguirá siendo una prioridad para los países de América Latina.