Ciudad de México, 1 de agosto de 2014 (PL).- América Latina y el Caribe presentan los mejores resultados en el combate contra el hambre a nivel global, pero tienen el reto de dar respuesta a 47 millones de personas que todavía hoy padecen ese problema.
Así manifestó en México la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), organismo que reconoció los esfuerzos del área por erradicar ese flagelo.
Sin embargo, Raúl Benítez, representante regional de la entidad, llamó la atención sobre el hecho de que muchas personas aún permanecen en condiciones de pobreza alimentaria y siete millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición.
Al intervenir en la VIII Reunión del grupo de Trabajo 2025 de la Iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre, el funcionario recordó que esta zona fue la primera enrolada en el enfrentamiento al mal, y llamó a refrendar el compromiso de erradicarlo de forma permanente para 2025.
El encuentro que concluyó este jueves en la capital mexicana es uno de los esfuerzas por alcanzar esa meta, pues los asistentes revisaron el Plan para la seguridad alimentaria, la nutrición y la erradicación del hambre, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), cuya elaboración fue solicitada a la FAO.
Más de 50 funcionarios de los gobiernos regionales analizaron los avances en esa esfera y los pasos dados para contrarrestar la creciente amenaza de la obesidad.
Durante la cita los participantes entregaron propuestas y recomendaciones para la Agenda de Desarrollo Post 2015 en materia de seguridad alimentaria y nutricional, al tiempo que acordaron impulsar una posición común en foros globales con vistas a enriquecer la nueva ruta en la lucha contra el hambre.
También entablaron un diálogo sobre las oportunidades que abren las vías de cooperación sur-sur en ese campo, y los sectores de acción para contrarrestar la obesidad y fortalecer la agricultura familiar.
Ricardo Repallo, coordinador del proyecto FAO de apoyo a la iniciativa 2025, expresó que en esta zona geográfica hay una creciente conciencia política sobre la importancia de hacer frente a la falta de alimentos y la malnutrición, por lo que se implementa una gran cantidad de estrategias.
En ese sentido, destacó el proyecto Mesoamérica sin Hambre, impulsado por el gobierno de esta nación con el fin de contribuir a mejorar la seguridad alimentaria y nutricional a través de un Fondo Fiduciario México-FAO.
La propuesta incluirá acciones de colaboración, formuladas en conjunto con los gobiernos mesoamericanos, así como el fortalecimiento de los vínculos entre instituciones de diversos territorios para reducir la desigualdad y aumentar los estándares de vida.
Durante la reunión de dos días se destacó que 16 países alcanzaron el primero de los Objetivos del Milenio, al reducir a la mitad su población con hambre, en tanto siete naciones han conseguido eliminarla por completo.
Según ha señalado la FAO, América Latina y el Caribe producen suficientes alimentos para satisfacer las necesidades de todos sus habitantes, por lo que el problema central no es la falta de productos, sino las dificultades de los más pobres para acceder a ellos.
Varias agencias de la ONU advirtieron recientemente del doble riesgo que enfrenta la región en materia nutricional, pues todavía soporta el problema del hambre en algunos países, y en otros registra un aumento del sobrepeso, que afecta al 23 por ciento de los adultos.
Según esas entidades, los avances económicos y sociales que han tenido lugar en el área durante las últimas décadas también presentan nuevos desafíos relacionados con importantes cambios en los patrones alimenticios y nutricionales.
Hace dos meses el propio Benítez llamó a identificar políticas públicas que combatan tanto la obesidad como las dificultades de acceso a los nutrientes, garanticen la salud de los individuos y fomenten una producción sostenible de alimentos.
La cita que convocó aquí a funcionarios, miembros de agrupaciones internacionales, organismos de integración y cooperación, parlamentarios y sociedad civil, estuvo encaminada a promover propuestas que contribuyan a ese objetivo.
Una de las ideas del evento fue la presencia de tres reconocidos chefs, quienes dieron a conocer actividades conjuntas llevadas a cabo por gobiernos y la iniciativa privada para revalorizar los alimentos y platillos tradicionales, y así mejorar la nutrición de la población.