Madrid, 10 de marzo.- América Latina sigue siendo una tierra de grandes oportunidades a la hora de invertir. Pero cada vez lo es menos para la Unión Europea -y por ende para España- y Estados Unidos, que ceden terreno año tras año ante el empuje imparable de Asia en general y China en particular, y de la pujanza de las propias multinacionales autóctonas. Este es el panorama de la región que desvela el estudio 'Hacia una nueva agenda en inversión extranjera directa' del Banco de Desarrollo de América Latina, que pone de manifiesto el lento pero paulatino cambio de tendencia de las últimas décadas en el continente.
Así, la inversión extranjera directa (IED) en América Latina de los países de la UE -que siguen liderando el mercado- se redujo cinco puntos y pasó del 45% de los flujos anuales registrados en el periodo 2000-2005 hasta el 40% en el tramo 2006-2011. La situación de España sigue la misma línea descendente. A pesar de que en 2011 la inversión acumulada en Latinoamérica representaba más de una tercera parte del total (35,4%), con 131.853 millones de euros, su evolución va a la baja. De esta forma, ha pasado de suponer un 9% del IED de la región entre 2007 a 2011 a reducirse hasta cerca del 5% en 2012, siendo superada por los Países Bajos como principal inversor en la región, según el estudio de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Tampoco la situación es muy diferente para EE UU. Aunque sigue siendo el segundo inversor a nivel mundial de Latinoamérica sus números también se resienten. Así, ha retrocedido del 37% en el periodo 2000-2005 hasta el 28% en el espacio 2006-2011.
Este paso atrás de la UE y EE UU fue aprovechado por los países asiáticos para aumentar su IED en la región, cuya inversión pasó de representar el 11% en el periodo 2000-2005 al 17% en el 2006-2011. El principal impulso se ha producido por el avance de China, que ha convertido América Latina en el segundo destino de sus inversiones. Los mayores receptores del gigante asiático son Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador y Perú. De los montos totales, durante la última década, China ha destinado en la región cerca de 26.000 millones de dólares, lo cual representa casi el 11% de sus flujos totales. La inmensa mayoría de estas transacciones están promovidas por empresas estatales del gigante asiático, que representan el 87% de los montos totales invertidos. La presencia de la IED china en América Latina responde a su estrategia de controlar los recursos naturales ante la gran demanda interna. De este modo concentra sus inversiones en los sectores vinculados con la explotación del petróleo y minería. Su presencia es también cada vez mayor en los negocios agrícolas y de telecomunicaciones.
Empresas 'multilatinas'
Otro factor que ha alterado el panorama comercial del continente tiene que ver con la aparición y consolidación de multinacionales en América Latina en las últimas décadas gracias al crecimiento económico de países emergentes como Brasil o México. Así, en el periodo 2000-2005, el origen latinoamericano de IED solo suponía el 10% de los flujos anuales, mientras que durante el siguiente lustro se disparó hasta casi el 17%.
Los sectores en los que las denominadas empresas 'multilatinas' presentan una mayor actividad están más diversificados. En particular, resaltan las inversiones en alimentos y bebidas, ingeniería y construcción, acero y metalurgia, transporte, petróleo y minería.
El estudio refleja que los sectores que despiertan interés en el exterior también han variado. En los años noventa la IED en América Latina se centró en el sector servicios -llegó a representar un 43% de la IED- debido a las oportunidades generadas «por los procesos de privatización y la apertura a los sectores financieros, de telecomunicaciones y también de servicios públicos (electricidad y agua)». El sector manufacturero representó un 42% -frente al 33% actual- y las inversiones de industrias basadas en recursos naturales apenas el 12%. Sin embargo, en el periodo 2006-2011 estas últimas aumentaron hasta el 17%. Aunque los datos más recientes demuestran que la inversión en el periodo 2009-2011 se aceleró hasta el 28% por las políticas «más favorables a la entrada de capital extranjero en el petróleo y la minería, acompañado de los nuevos yacimientos». Pero el estudio advierte que otros gobiernos han apostado por un «control más estratégico» de estas industrias por parte del Estado lo que ha provocado procesos de desinversión.
representan las inversiones directas de la UE en América Latina en el periodo 2006-2011, lo que supone un retroceso de cinco puntos respecto al lustro anterior. Una tendencia que se acentuará cada vez más en los próximos años. Pese a todo, la UE sigue siendo el principal inversor en la región, por delante de Estados Unidos y los países asiáticos, especialmente China. Y es que la inversión extranjera en América Latina en 2011 alcanzó sus máximos históricos, superando los 120.000 millones de dólares. Brasil, México y Colombia son los países que atrajeron una mayor cantidad de flujos.