Miami, 23 de mayo de 2014.- América Latina logró estabilidad macroeconómica en la última década, aunque el crecimiento, la productividad y la equidad social siguen siendo los grandes retos para la región, indicó ayer jueves aquí un funcionario del Banco Mundial.
Resolver el tema de la estabilidad no resuelve el problema de la equidad social por sí mismo ni de manera mecánica, ni tampoco resuelve el problema del crecimiento, afirmó el economista en jefe para América Latina del Banco Mundial, Augusto de la Torre.
“Entonces, los grandes desafíos de la región ahora están en estas otras dos dimensiones”, agregó De la Torre, quien admitió también que “tenemos ahora un sistema macroeconómico mejor establecido que nos permite amortiguar choques y manejar mejor lo macroeconómico”.
“La buena noticia es que al menos ya no estamos preocupados como antes en la siguiente crisis financiera, entonces, tenemos más tiempo para pensar cómo resolver los problemas sociales y de crecimiento”, apuntó.
De la Torre realizó sus declaraciones al dictar la ponencia “Tras la década de oro: Latinoamérica en la Encrucijada”, en el marco del Noveno Simposio Anual sobre América Latina del Centro de Política Hemisférica de la Universidad de Miami.
El especialista sostuvo que los países de América Latina requieren de reformas para que las economías crezcan a un ritmo más rápido, “incluso cuando el mundo no ayuda”, como sucedió en la década pasada.
“El crecimiento que tuvimos en los (últimos) 10 años en buena medida se debió al apoyo de factores externos (...) los precios de las materias primas y el ingreso de China a la situación global de liquidez le ayudó a la región y la empujó”, apuntó.
“Ahora el viento ya no está soplando, entonces tenemos que depender de nosotros mismos y ahí es cuando encontramos que tenemos una estructura económica que todavía no puede generar el tipo de crecimiento como lo hacen los países asiáticos”, aseveró.
Señaló que eso requiere “de muchas reformas, y reformas que son difíciles, algunas son difíciles políticamente e incluso si las hacemos, los efectos de esas reformas no se sienten en el corto plazo”.
Al referirse al avance y crecimiento de la clase media en países como Chile, Brasil, Colombia y Perú, indicó que si bien hubo una movilidad social muy grande, el desafío ahora es cómo incorporar a esa población para que sea parte de un proyecto social más fuerte.
“No es un desafío simple, pues incluso muchos miembros de esa nueva clase media prefieren irse distanciando de los servicios del Estado y privatizando sus servicios, por ejemplo, enviando a sus hijos a escuelas privadas porque no confían en la calidad de las escuelas públicas”, aseveró.
“Entonces esa asimetría es la que necesita resolverse para poder capitalizar y extraer los beneficios de una clase media más amplia”, consideró De la Torre.
Comentó en ese sentido que las protestas actuales en países como Chile o Brasil ya no son como las de antes, en las que la gente salía a la calle porque le quitaron un subsidio y había un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“En el presente, la gente sale a la calle porque está demandando mejor calidad de la educación pública y quiere que el Estado gaste más en educación que en otras cosas”, enfatizó el economista del Banco Mundial.