Madrid, 6 de octubre de 2014.- El turismo va a ser uno de los sectores más florecientes en América Latina durante la próxima década. Según datos recientes del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, el sector crecerá a un ritmo medio del 4,4% anual hasta 2024.
Estas optimistas perspectivas tienen su base en dos puntos clave: el incesante aumento de la clase media en la mayoría de los países de América Latina -consecuencia de una notable ganancia en el poder adquisitivo-, y la eliminación de visados para el turismo intrarregional. El panorama es halagüeño, aunque el sector también cuenta con relevantes desafíos. El principal: llevar a cabo las inversiones necesarias para acomodar las infraestructuras turísticas al incremento de la demanda.
Según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo internacional aumentó un 4,6% durante el primer semestre de 2014. En Sudamérica y Centroamérica la cifra escaló hasta el 6%, mientras que en el Caribe subió un 5%, en todos los casos, por encima de la media. Según estimaciones de la OMT, una cuarta parte de los turistas que llegan a los países latinoamericanos provienen de la misma región.
A ello ha contribuido mucho el desarrollo económico que Latinoamérica ha experimentado durante la última década. Según el Banco Mundial, la clase media en América Latina se incrementó en un 50% en la primera década de este siglo, pasando de 103 millones de personas a 152 millones. Son casi 50 millones de personas más con capacidad para viajar.
También ha influido la supresión de los visados entre los principales países emisores y receptores de turismo. Los gobiernos de México y Brasil firmaron el año pasado un acuerdo para eliminar la visa turística. Ambos países ya habían suscrito un pacto similar en 2000, pero fue suspendido en octubre de 2005. Tampoco habrá obstáculos administrativos para viajar entre los países que forman la Alianza del Pacífico -México, Perú, Colombia y Chile-.
Potencia brasileña
Brasil ha sido, hasta la fecha, el principal mercado emisor latinoamericano de turismo internacional. El año pasado, el gasto de los turistas brasileños aumentó un 13%, hasta alcanzar los 25.000 millones de dólares y el país se situó entre los diez primeros países del mundo en esta clasificación. Entre los receptores, los países de El Caribe siguen en cabeza: 25 millones de personas visitaron la región en 2013; entre ellos, 1,5 millones fueron latinoamericanos, un 13% más que el año anterior y casi el doble de los registrados en 2009, según la OMT.
En la caribeña isla de Santa Lucía, por ejemplo, los ingresos por turismo suponen el 30% de su Producto Interior Bruto (PIB), mientras que en las Bahamas y Antigua y Barbuda la cifra llega al 29%, según los datos publicados por CEPAL. La media para América Latina es del 8,9%.
En los últimos años, sin embargo, otros países de la región han escalado varios puestos entre los destinos favoritos de la región. Los casos más representativos son los de Perú y Colombia. Perú registró en 2013 el mayor avance relativo en el número de llegadas internacionales en Sudamérica, superando a países como Argentina y Chile. Concretamente, Perú recibió un 11% más de visitantes. La capital, Lima, fue la ciudad latinoamericana que más visitantes recibió el año pasado, con 5,1 millones de personas, según un informe de MasterCard. La cifra duplica a la registrada en Sao Paulo o Buenos Aires.
El Gobierno de Ollanta Humala ha anunciado que invertirá 67 millones de dólares para mejorar la infraestructura turística hasta 2016. En Colombia, el crecimiento fue del 8,4%. Este sector es ya el tercer generador de divisas en el país andino, sólo por detrás del petróleo y los derivados del carbón.
Al igual que Perú, Colombia también afronta el reto de acomodar sus infraestructuras al crecimiento del sector turístico. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo ha cifrado en más de mil millones de dólares las inversiones previstas en la región en la próxima década para cumplir con este objetivo.