Caracas, 27 de agosto de 2014 (PL).- Los mecanismos de integración en América Latina y el Caribe son ríos que concurren para formar un enorme y poderoso caudal, afirmó el embajador de Venezuela en Cuba, Alí Rodríguez.
Bloques integracionistas como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) cambiaron de forma positiva el rostro de la región, añadió.
Por ejemplo, la UNASUR ha realizado un conjunto de propuestas de carácter estratégico pues no basta con trazar líneas políticas, se deben aplicar planes y acciones concretas, puntualizó quien fuera por tres años el Secretario General de esa organización.
Ahora debemos lograr que la integración no esté solo determinada por asuntos de liderazgo, sino promovida por los propios pueblos, indicó a la prensa.
Según el diplomático, el esfuerzo principal resulta el diseño de estrategias para aprovechar los recursos naturales del área.
Proyectos en el ámbito industrial y energético, y de extracción de minerales figuran como prioridad en la agenda de futuro, precisó.
América Latina concentra el 24 por ciento de las reservas de agua en el mundo, posee grandes yacimientos minerales y petroleros, pero todavía falta la visión de conjunto, estimó Rodríguez.
Del mismo modo, exhortó a aprovechar más el mercado y las posibilidades de producción en esta área.
En América Latina, la Revolución cubana fue por un tiempo el único foco de izquierda tras la caída del campo socialista, pero durante los últimos años han ocurrido cambios en el escenario político, dijo en su intervención en el foro Desafíos de la Revolución Bolivariana.
El modelo de democracia promovido por Estados Unidos cayó en descrédito, China surgió como un nuevo centro de poder y este continente -que parecía fragmentado- comenzó a vivir un periodo de integración y retornaron los sueños bolivarianos de concebirla como una gran nación, agregó.