Managua, 17 de diciembre de 2014.- A más de una década de haber negociado y aprobado un Tratado de Libre Comercio (TLC) con cinco países de Centroamérica, el Gobierno de Chile considera que el convenio comercial no ha reportado los frutos esperados y por tanto es urgente modernizarlo. Esa fue la propuesta que la semana pasada presentó una delegación chilena encabezada por el director de asuntos económicos bilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Pablo Urría Hering, a representantes de los Gobiernos de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
Durante el encuentro de tres días realizado en Managua, Urría reconoció que el acuerdo marco, vigente desde hace 12 años en Costa Rica —primer país en aprobarlo—, y hace dos años en Nicaragua —último en hacerlo—, en general “un poco por la distancia y un poco porque no hemos puesto la suficiente atención y el impulso”, no ha provocado el crecimiento exponencial conforme las expectativas que se crean con este tipo de acuerdos.
Y esto porque “generalmente cuando se firman estos convenios las cifras crecen de forma exponencial y con Centroamérica no se ha dado eso. Todavía tenemos volúmenes de comercio total que no llegan a los 500 millones de dólares”, afirma.
La propuesta chilena está centrada en el fortalecimiento de tres pilares del convenio y pondrá énfasis en convertir en exportadoras a las pequeñas y medianas empresas (pymes) chilenas que son, según Urría, las que generan empleo y no cuentan con los recursos para hacer los estudios de factibilidad de mercados que requiere la introducción de nuevos productos al mercado centroamericano.
La propuesta ya está planteada, ¿en qué momento arrancaría este proceso de modernización del TLC?
Nuestra presidenta Michelle Bachelet tiene contemplado venir a Costa Rica a inicios del próximo año para asistir a la reunión del CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). Luego pasará a hacer una visita a Guatemala el 30 de enero, donde esperamos se pueda reunir con los ministros de Economía de los países centroamericanos. Esa sería la instancia política para impulsar estos acuerdos y lanzarlos. Pensamos también motivar para que la presidenta Bachelet venga acompañada de empresarios interesados en hacer negocios en la región y de las principales cúpulas empresariales chilenas, para incluso juntarlos con las principales cúpulas empresariales y productivas centroamericanas, de manera que establezcan una agenda común y que haya una sinergia, porque para que esto resulte tiene que haber una agenda público-privada.
¿Cómo pretenden negociar este proceso?, ¿en forma conjunta con la región o en pláticas bilaterales con cada país?
Creemos que en estas cosas hay que moverse con pragmatismo y flexibilidad. En algunos aspectos puede que los cinco países estén de acuerdo en avanzar de forma conjunta y en otros no. Eso va a depender, percibimos, que en el tema específico de inversiones vamos a avanzar con todos los países, menos con Costa Rica que tiene más bien una perspectiva y una opción estratégica de ingresar en el mediano plazo a la Alianza del Pacífico y por tanto, pretende en ese ámbito negociar.
Ese caso es muy coyuntural y por ejemplo, cuando decidimos negociar en temas de medioambiente y laboral les dejamos a todos los países la idea, pero probablemente no todos estén de acuerdo, tengan prioridad o estén interesados en negociar un capítulo sobre estos temas, entonces negociaremos con los que quieran hacerlo.
¿Qué temas específicos le interesa a Chile cambiar en el tratado?
Nuestra propuesta es trabajar en tres pilares: El primero es el acuerdo propiamente, para ver en qué aspectos se puede modernizar y cuáles se puede avanzar, ya que algunos son antiguos, por ejemplo, el tema de inversiones. También volvimos a pedir a los países centroamericanos la revisión de la lista de productos en los que Chile todavía tiene exclusión y que fueron protegidos por razones de sensibilidad, estos no son los mismos en todos los países, pero en general son productos lácteos, alimentos relacionados con aves y carnes blancas, algunos aceites y otros productos alimenticios.
También propusimos incluir normas de medioambiente y laboral, en un ámbito más bien desde la sociedad civil y el comercio que cada día se están preocupando más por los temas ambientales y laborales. Pero esto desde una perspectiva meramente de colaboración, de compartir buenas prácticas y mantener información, más que en una manera ofensiva de exigir ciertos estándares demasiado elevados o sometidos a mecanismos de solución de controversias.
¿Cuál sería el segundo pilar de trabajo?
La cooperación. Creemos que esto nos puede plantear un desafío para avanzar y dinamizar el comercio y es que tenemos que buscar una agenda más ambiciosa en cooperación. Estamos seguros que hay materia en la cual podemos cooperar con Centroamérica, de hecho estamos trabajando con una agenda que nosotros llamamos principalmente a través de cooperación triangular en el sentido en que nosotros aportamos lo mejor de nuestros expertos, pero el financiamiento viene por fondos que aportan terceros mercados, especialmente países desarrollados u otros organismos. Pero queremos ponerle mayor ambición a la agenda de cooperación.
¿Qué sectores o temas priorizaría esta cooperación?
Todo aquello que tiene que ver, por ejemplo, con temas de integración, con la implementación de acuerdos. Precisamente representantes de varios países mencionaron lo referido a los compromisos con la propiedad intelectual, varios países pidieron cooperación en eso porque ahora están implementando el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea y nosotros tenemos más experiencia en eso, en todas las materias regulatorias que hoy día son parte importante del desafío de los países.
De hecho también presentamos una propuesta concreta de un programa de cooperación en compras públicas. Siempre se ha negociado capítulos de compras públicas, pero todos tienen duda de cómo se pueden aplicar por lo complejo que significa participar en este mercado en todos los países, donde de alguna manera el mayor desafío se presenta para las medianas empresas que pueden tener ahí una oportunidad. Para eso planteamos un plan de cooperación con todos los países que todos recibieron muy positivamente y que contempla primero el conocimiento de las normas a través de la capacitación muchas veces hasta de los propios funcionarios públicos, información para el propio sector privado y el sector productivo y la tercera fase es ver cómo se puede hacer el seguimiento y ayudar a empresas pequeñas a participar en procesos de licitación para ir incorporándolas en este proceso y dar muestras y pruebas de casos exitosos.
¿Cuál será el tercer pilar de trabajo?
Cuando negociamos el acuerdo no llegamos a negociar un capítulo de inversiones, sino que simplemente mantuvimos los acuerdos de protección de inversiones que existían bilateralmente y que son de alguna manera normativas bastante antiguas, ya que eso se negoció hace más de catorce años. Entonces ahora buscamos negociar acuerdos más modernos que garanticen la suficiente certeza jurídica o protección tanto a inversionistas como al propio Estado, porque muchas veces el Estado también queda desprotegido y no hay que cargarse para ninguno de los lados. Entonces nuestro planteamiento es modernizar y negociar un capítulo de inversiones, ojalá con todos los países juntos.
Además, vemos que hoy en día nuestro sector privado, nuestro sector productivo, ha salido a invertir fuera de Chile. Hoy día tenemos inversión chilena en el exterior cercana a los 93,000 millones de dólares cuyo principal destino son los países suramericanos. Entonces pensamos que a lo mejor para dinamizar el comercio podemos hacer una acción conjunta con las autoridades gubernamentales y el sector privado para hacer primero un estudio de retrospectiva de la inversión en Centroamérica, para poder ver cuáles son las condiciones y ver si a través de una mirada más estratégica en lugar de promover la captación de inversión esta vez queremos promover que los exportadores chilenos se entusiasmen a invertir acá.
Estos cambios mejorarían la presencia de los productos chilenos en Centroamérica pero, ¿qué propuso el istmo para incrementar el envío de sus productos hacia Chile?
Bueno, diría que a esta altura no hemos hablado de ese interés, eso no se habló de una forma específica. Los centroamericanos, en términos generales, saben que presentan a Chile una canasta exportadora bastante limitada, poco variada, en cinco o seis productos se concentra el cincuenta por ciento del comercio. Eso fundamentalmente tiene que ver con la estructura productiva, por ejemplo, gran parte de los envíos de algunos países son de azúcar.
Entonces, la idea es avanzar en temas más allá incluso del comercio tradicional porque la visualización es que es el comercio tradicional, entonces tienen que crearse las condiciones para poder vender o venir con otros productos; y eso impone un reto, porque aquí hay producción de muchos productos como la chía, que hoy en día está de moda porque es sano, es un producto no tradicional que puede tener mercado en Chile.
Entonces hay que visualizar y quizás lo que ha faltado precisamente son estudios, porque tanto Chile como los países centroamericanos han privilegiado el estudio de otros mercados más tradicionales y más importantes, entonces ahora la idea estratégica de Chile es cambiar eso.
Sabemos que nuestro sector privado tiene hoy día 24 acuerdos comerciales vigentes, por tanto tiene muchas alternativas para no buscar lo más fácil, entonces aquí desde el punto de vista estratégico es el Estado el que quiere precisamente buscar un mayor acercamiento desde el punto de vista político con la región y eso involucra también el hacer un esfuerzo para ver cómo se fortalecen los lazos y fundamentalmente es el comercio el que aumenta esa cercanía.
Y si uno hace el análisis, los que exportan a estos mercados no son las empresas más grandes, sino las más pequeñas, porque incluso hablamos de volúmenes menores, entonces muchos no exportan a mercados más grandes porque exigen contratos de volúmenes permanentes y mucho más grandes, por lo tanto aquí hay más expectativa para empresas de mediana escala.