Santiago, 6 de junio de 2014.- El comercio intrarregional de alimentos es de fundamental importancia para la lucha contra el hambre y la pobreza en América Latina y el Caribe, y es el tema principal de un encuentro que se desarrolla hasta hoy en Santiago de Chile.
“Los expertos se han reunido para explorar formas de fortalecer el intercambio intrarregional de alimentos como una forma de avanzar en la lucha contra el hambre”, explicó Raúl Benítez, Representante Regional de FAO, quien señaló que el encuentro analizará aspectos como el acceso y disponibilidad de alimentos, las compras públicas a la agricultura familiar y los acuerdos comerciales y de integración entre países.
El Plan de Seguridad Alimentaria y Nutricional para la CELAC, las políticas públicas para una alimentación saludable y las normativas y factores logísticos que inciden en el comercio intrarregional también serán debatidos durante el encuentro, que cuenta con la participación de tres Vice-Ministros: de Agricultura de Costa Rica, José Joaquín Salazar, de Desarrollo Productivo y Economía Plural de Bolivia, Martín Bazurco, y de Relaciones Nacionales, Internacionales y Distribución Alimentaria de Venezuela, Tito Gómez.
El Secretario General de la ALADI, Carlos Álvarez, la Directora de ODEPA, Claudia Carbonell y expertos de México, Brasil, Argentina, Cuba, Panamá, Venezuela, Santa Lucia, Colombia y de la OPS/OMS también participan de la reunión.
Comercio intrarregional es un pilar de la seguridad alimentaria
Según la FAO, en los últimos treinta años la agricultura regional ha tenido un gran crecimiento, con una notoria expansión en su producción de maíz, soya y (en menor proporción) azúcar.
Gracias a su riqueza de recursos naturales, agua y tierra, la región cuenta con amplios márgenes para aumentar su productividad y autoabastecerse a través del comercio intrarregional.
“América Latina y el Caribe es su mejor aliado: en 2012, el 43% de sus importaciones de alimentos provinieron de países de la misma región, lo que demuestra la importancia que tiene fomentar la integración e intercambio agroalimentario entre sus países”, explicó Benítez.
La región produce más alimentos que los que requiere para satisfacer las necesidades alimentarias de todos sus habitantes, con una disponibilidad promedio de energía alimentaria cercana a 3.000 kcal/persona/día, superior al promedio mundial.