La Habana, 5 de mayo.- Las dos partes tuvieron en La Habana en la semana pasada un primer acercamiento que fue calificado como muy fructífero por el jefe del equipo negociador europeo, el sueco Christian Leffler, director general para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior.
"Hubo una primera reunión muy fructífera; hemos establecido las bases de la negociación, pues a partir de los cambios internos que se están haciendo se abren nuevas posibilidades en la cooperación", dijo Leffler al cierre del encuentro.
Las conversaciones se realizaron a puertas cerradas durante dos días, y la delegación cubana estuvo encabezada por el vicecanciller Abelardo Moreno, quien no hizo declaraciones al término de la negociación.
Las dos partes identificaron las bases, estructura y elementos principales del acuerdo, aunque Leffler expresó algunas divergencias entre Cuba y la UE, como en el caso de los sucesos en Ucrania, un tema que rondó la mesa de negociaciones.
Sin embargo, el propio funcionario europeo admitió haber hallado puntos de convergencia que permitieron establecer los pilares de un eventual acuerdo de diálogo político y gobernanza, cooperación y políticas sectoriales, y economía y comercio, y otro apartado sobre la gestión de la relación bilateral.
"Hemos acordado que luego de este primer encuentro vamos a trabajar en temas de preparación de una segunda ronda que tendrá lugar en unos meses en Bruselas, dijo Leffler, aunque aclaró que aún no se ha fijado una fecha precisa.
El diplomático no quiso aventurar cuánto durará el proceso para normalizar la relación bilateral, porque lo importante, señaló, es avanzar en confianza, respeto y entendimiento mutuo para lograr un acuerdo sólido.
En la primera ronda no se habló de la llamada Posición Común, un documento adoptado por la UE en 1996 que condicionó las relaciones con Cuba a la promoción de la democracia y al respeto de los derechos humanos.
En marzo pasado, La Habana aceptó la propuesta de diálogo lanzada a principios de febrero por la UE, lo que abrió una puerta a la normalización de las relaciones entre el bloque comunitario y la isla, estancadas en la última década.
Francia ha jugado un papel constructivo en ese aspecto, y en 2008 decidió eliminar las sanciones impuestas a La Habana por la Posición Común, una política adoptada a instancias del entonces presidente del gobierno español, José María Aznar, de derecha.
En las últimas semanas viajaron a La Habana el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, y el vicecanciller portugués Luis Campos Ferreira.
Cuba es el único país de América Latina que no tiene suscrito un acuerdo general con el bloque comunitario, aunque más de la mitad de los 28 estados miembros de la UE han firmado con la isla en los últimos años pactos bilaterales de cooperación y memorandos de entendimiento para intercambios políticos.
Un eventual acuerdo permitiría ampliar el comercio y las relaciones económicas, principalmente en el próspero sector turístico cubano, donde varias compañías europeas tienen ya una fuerte presencia.
El comercio bilateral ha aumentado de manera paulatina y la UE, en conjunto, es el segundo socio comercial de Cuba detrás de Venezuela, con un intercambio de US$3.700 millones en 2012, según las últimas cifras publicadas.