Santo Domingo, 5 de mayo.- El economista Porfirio García sugirió la implementación de una estrategia urgente entre los sectores público y privado, con el fin de mitigar los inminentes efectos sobre la economía dominicana de la entrada al país de más productos libres de aranceles a través del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta).
Para García, la industria nacional debió prever el nuevo orden comercial que se impondrá el próximo año, aplicando las inversiones necesarias para fortalecer la producción local.
“Las implicaciones que va a tener el Tratado de Libre Comercio en esta etapa eran de esperarse, porque eso fue un acuerdo que se estableció e, indiscutiblemente, no nos preparamos a plenitud para esta situación”, explicó.
Consideró que los empresarios, a quienes tocará con mayor fuerza el desmonte arancelario, deben tomar la iniciativa para trazar un plan de corto y mediano plazo para mitigar los efectos de esta mayor apertura internacional sobre el tejido productivo. Al mismo tiempo, consideró que el Gobierno debe contribuir en la búsqueda de soluciones alternas ante una amenaza que el país ya conocía. Entre esas medidas, sugirió incentivos para la producción, o la protección de los productos afectados.
También advirtió que todos los sectores de la economía tienen que estar alertas para enfrentar los posteriores desmontes de las barreras externas que protegen las actividades dominicanas, “porque posteriormente dentro de otros períodos vamos a estar en la misma situación. Lo lamentable es que sabiendo que esto iba a pasar no nos preparamos a plenitud para asumir esas consecuencias”, expresó.
Uno de los principales temores es que esta nueva etapa del DR-Cafta obligue al cierre de empresas, y por consiguiente a la pérdida de empleos, lo cual redundaría en aumento de la pobreza y la disminución de la calidad de vida de los dominicanos.
Consideró, así, que se trata de una gran prueba para los empresarios, y para el Estado, quien accedió a la firma del acuerdo.
Con todo, se esperan efectos positivos, especialmente para los consumidores quienes recibirán precios más bajos, gracias a la mayor competencia.
El economista también consideró que esta mayor apertura no solo debe ser vista como un acontecimiento complemente negativo, ya que el país puede favorecer el crecimiento por medio de la exportación de los productos en los que tiene mayores ventajas comparativas y competitivas.
“Yo entiendo que todavía hay tiempo, para amortiguar un poco esta situación, porque tendrá muchas implicaciones, en la medida que el industrial, el empresarios no pueda competir con los productores signatarios del acuerdo”.
Más planteamientos
El periodista y escritor Carlos Márquez consideró que el país puede procurar un replanteamiento del DR-Cafta, pues las reglas de origen del pacto con Estados Unidos y Centroamérica fueron rotas durante la última crisis económica mundial.
“Las reglas de juego esenciales del DR-Cafta, la desregularización y la no inversión de los Estados firmantes fueron quebrantadas tan pronto estalló la crisis económica en 2008, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, George Bush, dispuso la inversión de US$700,000 millones para rescatar la economía”, dijo. El DR-Cafta fue firmado en agosto de 2004 por el país y puesto en vigor en 2007. El 1 de enero de 2015 entra libre de arancel el capítulo industrial.
“El sector (del arroz) no se encuentra listo”
El presidente de la Federación Nacional de Productores de Arroz, César Espaillat, reiteró que el sector no se encuentra en condiciones de asumir la competencia con Estados Unidos libre de aranceles.
A pesar de que el desmonte se producirá en 2021, Espaillat explicó que ni el Gobierno, ni los propios productores, realizan los esfuerzos suficientes para reducir los costos de producción y ofrecer mejores precios a los consumidores.
Reveló que se deben destinar mayores recursos a la investigación y a la nivelación de los terrenos para la siembra. También, destacó la necesidad de que los productores se asocien en cooperativas, con el fin de aprovechar la economía de escala, y que se necesita enfrentar las dificultades para el financiamiento.