La Paz, 27 de febrero.- El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, confió en que la próxima cumbre del G77 más China, que organizará el país en junio, pueda marcar los puntos centrales de la nueva agenda mundial de desarrollo y ofrecer "nuevas respuestas" ante las crisis que atraviesa el mundo.
García Linera, que presidió en la sede de las Naciones Unidas un encuentro del grupo que reúne a 133 países en vías de desarrollo, aseguró que el G77 puede dar "una luz" en medio del actual escenario internacional.
"A nivel mundial hay una turbulencia general, donde las viejas certidumbres y las viejas hegemonías están en duda. El viejo discurso en torno al modelo neoliberal y la globalización desenfrenada de los mercados ha encontrado un límite", aseguró en una conferencia de prensa.
Bolivia, según explicó, será la encargada de preparar el borrador de declaración que se discutirá en junio en la cumbre de Santa Cruz de la Sierra, que su Gobierno considera una oportunidad para tratar "temas fundamentales que tienen que ver con la agenda de Naciones Unidas" en un momento clave, dado que en 2015 vencen los llamados Objetivos del Milenio.
Entre las prioridades destacó el desarrollo sostenible y plural, la erradicación de la extrema pobreza y una distribución más justa de la riqueza.
También subrayó la importancia del cambio climático para el G77, dado que son sus miembros quienes sufren las consecuencias "de los desastres ambientales cometidos en los países del norte".
"Hay una especie de división internacional de los efectos de las catástrofes medioambientales. Unos pocos países son los que los promueves, muchos países pobres los que los sufren, y eso no puede ser así. Hay que dar un giro de timón", defendió.
El G77, fundado en 1964 por 77 estados en vías de desarrollo, agrupa a casi toda América Latina, África y las naciones del sur de Asia, y en la actualidad incluye a un total de 133 países que representan dos tercios de los miembros de Naciones Unidas y en torno al 60 por ciento de la población mundial.