Quito, 10 de enero (PL).- Ecuador se aboca a negociar a partir de la semana próxima un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE), con la certeza de que ningún convenio, por ventajoso que parezca, merece poner en riesgo la soberanía económica y política del país.
Así lo advirtió el presidente Rafael Correa días atrás, cuando adelantó que "la voluntad política del Gobierno nacional es firmar el acuerdo con Europa, pero no a cualquier costo. Eso que lo tenga muy claro el pueblo ecuatoriano".
Según el mandatario, economista de profesión, existen determinadas "líneas rojas" que el país andino no está dispuesto a cruzar en las negociaciones que inician el 13 de enero próximo en Bruselas.
La opinión de Correa es compartida por el director general del Servicio de Rentas Internas (SRI), Carlos Marx Carrasco, y el ministro coordinador del Conocimiento y Talento Humano, Guillaume Long, quienes en sendas entrevistas con el diario El Telégrafo recalcaron que la condición sine qua non es que el eventual acuerdo apunte al desarrollo del país.
Ecuador tiene que preservar su soberanía para decidir los niveles arancelarios en función de los intereses tanto de los productores ecuatorianos como de los consumidores, aseveró Carrasco, tras agregar que la meta es mantener el derecho soberano de determinar los tributos internos en función de los intereses de los ecuatorianos.
El titular del SRI adelantó, por ejemplo, que el Impuesto a la Salida de Divisas constituye una línea roja no negociable, al igual que la defensa a ultranza de las pequeñas y medianas empresas ecuatorianas dentro del sector de compras públicas.
El ministro Guillaume Long, por su parte, descartó que el convenio con la UE sea sinónimo de un Tratado de Libre Comercio, porque eso significaría, dijo, menoscabar todo el esfuerzo que realiza el gobierno para diversificar la economía y cambiar la matriz productiva.
A las líneas rojas mencionadas por Carrasco, Long añadió como tema sensible el de la propiedad intelectual.
Estamos trabajando un nuevo marco legal postneoliberal, que hemos denominado Código Orgánico de la Economía Social del Conocimiento, en contraposición a lo que podríamos llamar el capitalismo cognitivo, explicó el ministro, quien dijo esperar que la UE entienda las preocupaciones de Ecuador en ese sentido.
Long aclaró, sin embargo, que la falta de un acuerdo comercial con el bloque europeo tampoco será el fin del mundo para las exportaciones ecuatorianas.
Si no llegamos a un acuerdo será porque los europeos no lograron comprender nuestro contexto de país en vía de desarrollo y no quisieron tomar en cuenta el grado de asimetría que existe, recalcó.
Las mesas de negociación que se instalarán en Bruselas del 13 al 17 de enero serán las de jefes negociadores, de acceso a mercados de productos agrícolas e industriales, de compras públicas, de comercio de servicios y establecimiento y de indicaciones geográficas.
El equipo negociador del Ecuador lo encabezará el subsecretario de Negociaciones Comerciales e Integración Económica del Ministerio de Comercio Exterior, Roberto Betancourt, y estará integrado por funcionarios de diversas instituciones públicas.