San José, 14 de mayo de 2014.- La formulación de políticas y el aumento de la inversión en ocho áreas prioritarias permitiría a América Latina y el Caribe (ALC) incrementar su productividad agrícola, satisfacer sus propias necesidades de alimentación y nutrición y ayudar a satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos, fibras y combustibles, de acuerdo con un informe lanzado ayer martes en Washington.
El documento, llamado La próxima despensa global: cómo América Latina puede alimentar al mundo, fue publicado por Global Harvest Initiative (GHI) –una alianza de organizaciones en la que participa el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)– y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Las entidades recomiendan a los gobiernos, la comunidad internacional de donantes, el sector privado y los productores agrícolas tomar acciones para aprovechar las ventajas competitivas de la región, en especial la riqueza de sus recursos naturales agua, tierra y biodiversidad.
“Uno de los grandes retos para la región es transformar la agricultura familiar y de pequeña escala en una agricultura competitiva y sustentable, que resulte en una mayor producción de alimentos y una mejora sustancial en los ingresos y la calidad de vida de los productores”, dijo el Director General del IICA, Víctor M. Villalobos, en un panel organizado por BID y GHI en Washington.
En este encuentro se analizaron y enfatizaron las recomendaciones hechas por el informe y se delinearon algunas acciones prioritarias por seguir.
De acuerdo con el documento, las políticas que se deben diseñar para atraer mayores inversiones a la agricultura de ALC y aumentar el aporte de la región a la seguridad alimentaria mundial tienen que enfocarse a:
- Impulsar el avance de la ciencia, la investigación y el desarrollo agrícola.
- Mejorar la transferencia de conocimiento a los productores y modernizar los sistemas y los servicios de extensión agrícola.
- Promover y crear marcos de seguridad legal para atraer la inversión en infraestructura para el agro.
- Apoyar el riego, el manejo de los recursos hídricos y la tecnología.
- Promover, mejorar y facilitar el comercio regional y global.
- Mejorar el acceso de los agricultores a los servicios financieros: gestión del riesgo y disponibilidad de créditos.
- Fortalecer las cooperativas y las asociaciones de productores.
- Reducir las pérdidas poscosecha.
GHI y el BID también recomiendan a los países de ALC situar a la agricultura en el centro de las políticas de desarrollo e invertir en la generación de bienes públicos, dirigidos a la investigación, el desarrollo y la innovación, de manera que se incentive un aumento en la productividad del sector.