Bridgetown, 5 de septiembre de 2014 (PL).- Pese a reconocer el crecimiento del turismo en el Caribe en los últimos años, autoridades del sector claman por una mayor competitividad de esa industria en la región.
Los países caribeños tienen que hacer una mayor gestión para mejorar la competitividad de la industria turística de la zona, afirmó Albert Ramdin, Secretario General Adjunto de la Organización de Estados Americanos (OEA), durante las sesiones de trabajo del XXII Congreso InterAmericano de Ministros y Altas Autoridades de Turismo que culminó anoche en esta capital.
Este tipo de cita, iniciada el miércoles y que reunió a representantes de América Latina y el Caribe, es la primera vez en dos décadas que se celebra en un país de habla inglesa de la región.
Ramdin, basado en datos de la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas, expresó que en 2013 las Américas recibió 168 millones de llegadas internacionales, lo que significa el 15 por ciento de las llegadas de turistas de todo el mundo.
En conferencia detalló que los ingresos por turismo internacional en la región fueron de 229 millones de dólares estadounidenses, para un 20 por ciento de los ingresos del turismo en todo el mundo.
Consideró que a juzgar por esas cifras, las Américas representa una parte significativa del negocio del turismo mundial.
A pesar de esos avances, el funcionario de la OEA reconoció que la competitividad sigue siendo un tema crítico para muchos países del área.
En ese sentido instó a las naciones de la región a optimizar su atractivo y la capacidad de ofrecer servicios innovadores y sostenibles de calidad en el turismo para los consumidores, en un mercado cada vez más competitivo.
Por su parte, el ministro de Turismo de Barbados, Richard Sealy, advirtió que si la región desea mantener su producto turístico, necesita diversificar su oferta de productos.
En el encuentro realizado bajo el lema "Competitividad Turística: Un componente esencial de la sostenibilidad", los expertos de diversas naciones coincidieron en la preocupación por el impacto previsto del cambio climático sobre el nivel del mar, las economías de los estados insulares y los países costeros de baja altitud.
El titular barbadense consideró que el turismo no es sólo una actividad económica que genera empleo, sino que también sirve de catalizador para la consecución de objetivos estratégicos como el desarrollo comunitario, la preservación cultural, la sostenibilidad ambiental y la inclusión social.
El Congreso Interamericano de Ministros y Altas Autoridades de Turismo se estableció en 1939 y constituye el principal foro hemisférico para el diálogo y formulación de políticas en ese sector.
El mismo fue concebido para promover el desarrollo sostenible de la llamada industria sin humo en las Américas, y para abordar cuestiones técnicas relevantes, a la vez que facilita el desarrollo de la cooperación interamericana en turismo.