Bogotá, 2 de octubre de 2014.- El tratado de libre comercio (TLC) entre Colombia y Corea del Sur volvió al Congreso para su debate y, mientras hay temores sobre su efecto en industria como vehículos y electrodomésticos, desde Corea se subrayan las oportunidades para empresas de los dos países.
Durante la asamblea de uno de los gremios industriales, Acoplásticos, el director del Consejo Coreano para América Latina y el Caribe, Won-Ho Kim, sostuvo que, si bien, algunos subsectores manufactureros deben tener precauciones, Colombia está creciendo rápidamente y cada vez gana más importancia en el radar de las compañías de su país.
El experto, también decano de estudios internacionales en la universidad Hankuk, reitera que las fortalezas de su país están por el lado de productos terminados y los de Colombia por el de las materias primas básicas y los productos agroindustriales.
Aún así ve factibles las alianzas en algunas ramas del sector industrial donde su país y el nuestro también carecen de competitividad.
Por ejemplo, cita el caso de la industria cosmética, que tiene una fuerte demanda en los países, pero el país asiático necesita materias primas que se encuentran en Colombia. “Se puede crear un centro de investigación que movilice esos ingredientes”, explica. Por ello, el experto concluye que, a través de alianzas de cooperación, la nueva relación comercial puede beneficiar a los dos países y ser el modelo adecuado para explotar económicamente el TLC.
En Corea, por ejemplo, afirma que hubo varias fases de desarrollo en las que la industria fue más competitiva mediante la protección (barreras a importaciones), y hubo otras en las que el mercado, como ahora, es abierto.
No obstante, considera que todo plan de mejora en competitividad debe soportarse en la promoción de exportaciones de más calidad.
“Ese reto lo asumen los seres humanos, y Corea lo hizo invirtiendo primero en educación básica y luego en investigación y desarrollo”, agrega.
Igualmente, el experto cree que una parte del éxito de los productos coreanos se debe a que la primera piedra para la investigación y el desarrollo la puso el sector público y luego fueron los privados los que lo hicieron, incentivados por el Gobierno.
Además, ve viables la creación de centros de pensamiento mixtos o en universidades, que a través de temas y tiempos definidos hagan evaluaciones de fortalezas y debilidades de los sectores y ramas, y busquen salidas a la falta de competitividad.
Igualmente, recuerda que aunque como parte de su proceso de reconversión Corea dejó de apoyar sectores en declive, todavía respalda algunos como el textil.
No sería calcable
Won-Ho Kim, director del Consejo Coreano para Latinoamérica, afirma que, sin embargo, el modelo coreano casi que no se podría copiar en otros países porque hoy estos y su misma nación viven en contextos diferentes a los que había cuando las fórmulas empezaron a dar resultados.