Ciudad de México, 4 de diciembre de 2014 (EFE).- México, el país que albergó la I Cumbre Iberoamericana hace 23 años (Guadalajara, 1991) y acogerá la número XXIV la próxima semana en Veracruz, auguró un "relanzamiento" de esa comunidad de países pese a la modificación de sus equilibrios internos y la aparición de nuevos organismos regionales.
En una entrevista con Efe, el secretario (ministro) de Relaciones Exteriores mexicano, José Antonio Meade, indicó que las expectativas de su país de cara a la cita veracruzana "son muy positivas" al considerar que Iberoamérica aún "tiene un lugar importante en el marco de diálogo y la integración de los espacios de cooperación".
Meade reconoció que desde 1991 hasta la fecha "han evolucionado los espacios de diálogo y los esfuerzos de integración, sobre todo en Latinoamérica", pues "entonces no había Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), no había UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas), no había Alianza del Pacífico".
Además recordó que tampoco se reunían la CELAC y la Unión Europea cada dos años, como hacen en la actualidad.
"El andamiaje en Latinoamérica se enriqueció" y "cambió también la naturaleza de la relación europea desde que empezó la (Cumbre) Iberoamericana", pues "a la fecha no había una comunión europea con una sola moneda como ahora tenemos", recalcó.
En este contexto, la cita iberoamericana, que reúne a España, Portugal y Latinoamérica, "preserva su vigencia pero encuentra una vocación mejor definida, más focalizada", en temas como los escogidos para debatir en Veracruz, la educación, la innovación y la cultura.
En su opinión, "el impacto transversal que tienen estos tres elementos de cooperación ayuda a construir una Iberoamérica más próspera, en paz, con una vocación de mayor calidad y ciertamente más incluyente".
La cita multilateral, que se celebrará el lunes 8 y el martes 9, también "encuentra una Latinoamérica que ha avanzado mucho en abatir rezagos, que se ha encontrado con la ruta del crecimiento, que ha contribuido al crecimiento global".
La región es asimismo "rica en cultura, museos, universidades, en patrimonios intangibles de la humanidad como destino del turista" y sobre todo "joven".
"Como nunca antes en nuestra historia hay jóvenes que están esperando de la comunidad de los actores que en ella participamos mejores elementos de integración, pero también una Iberoamérica con retos importantes de inclusión, de desigualdad, de condiciones todavía necesarias para garantizar un anhelo de paz", argumentó.
El secretario mexicano ensalzó la labor de su antecesora, Patricia Espinosa, que junto con el expresidente chileno Ricardo Lagos, elaboraron una propuesta de revisión de las cumbres que implicó cambiar la periodicidad de anual a bienal a partir de Veracruz para no coincidir con la reunión CELAC-UE.
Además, se están buscando fórmulas para que la relación entre los países de la península ibérica y los americanos sea más simétrica y horizontal, lo que implica una financiación más equilibrada.
Así, se pasará de la tradicional aportación del setenta por ciento los europeos y el treinta los latinoamericanos a una provisional que ahora es 65-35 y que dentro de un par de años se revisará para que sea de 60-40 %.
Según Meade, "esto permite que la (Cumbre) Iberoamericana encuentre su espacio, su nicho, su vocación" y siga siendo, como "lo ha testimoniado la historia", un "elemento importante de integración en América Latina y desde Latinoamérica con Europa, con la Península Ibérica como punto de contacto".
Consultado sobre el nivel de asistencia de mandatarios que espera el país anfitrión la próxima semana, explicó que su deseo "es que estuviera representada toda la comunidad, como en el pasado", pero también "que en esta nueva etapa en la cumbre los países todos encuentren algún nivel de representación".