Moscú, 17 de septiembre de 2014 (PL).- El embajador de México en Rusia, Rubén Beltrán, aseguró que las relaciones bilaterales pasan por un momento excelente, de gran entendimiento político y mucho interés en incrementar las inversiones, el comercio y el turismo.
Beltrán ofreció declaraciones a Prensa Latina en ocasión del aniversario 204 del Grito de Dolores, inicio de la lucha por la independencia pronunciado por el sacerdote Miguel Hidalgo.
Estamos en un momento por excelencia para hacer que el año próximo, en que cumplimos 125 de relaciones diplomáticas, se celebre con todo arriba, afirmó Beltrán.
Al referirse a los vínculos económicos actuales, destacó que México compró a Rusia 20 aviones Sujoi SuperJet-100, y existe la propuesta de adquirir 10 más. También recientemente dos satélites mexicanos de comunicaciones fueron puestos en órbita por la agencia espacial rusa Roscosmos, informó.
Comentó el embajador que ha crecido mucho el comercio, y casi 115 mil rusos viajaron a México en 2013.
Esperamos que este año vayan más, para continuar siendo junto con Cuba y República Dominicana los destinos más competitivos de la región para el turismo ruso, expresó enfático.
Respecto al comercio, indicó que en el momento actual muchos productos mexicanos están entrando en el mercado alimentario ruso como los aguacates, la miel, tequila y próximamente se introducirán tomates y se negocia carne y pescado.
Mencionó Beltrán avances notorios también en los lazos culturales, y anticipó que este año el Metro de Moscú tributará un homenaje al escritor Octavio Paz, "por lo cual los latinoamericanos podemos estar de plácemes".
A propósito de la efeméride, la residencia del embajador sirvió de sede a la ceremonia del Grito de Dolores con la cual la comunidad mexicana junto a una amplia representación del cuerpo diplomático acreditado y demás invitados evocó la gesta iniciada por Hidalgo y otros próceres.
En correspondencia con la tradición, el embajador mencionó los nombres de los fundadores de la independencia mexicana, a quienes dedicó vivas mientras hacía ondear la bandera tricolor.
La recepción fue amenizada por la agrupación mexicana Villalobos Brothers, llegada desde Nueva York especialmente para la ocasión, que cautivó con su música en la que fusiona sobre la base del huapango diversas corrientes, incluido el jazz.
Su formato de tres violines, bajo, guitarra y batería le permitió demostrar virtuosismo y hacer bailar a compatriotas y a rusos.
Diseñadoras de moda de Rusia y de México mancomunaron su talento, que se hizo visible en una pasarela con vestuario ajustado a los dos países.