París, 7 de mayo.- La economía mundial se fortalecerá en los próximos dos años, pero sigue siendo urgente actuar para reducir aún más el desempleo y matizar otras herencias de la crisis, según el último Panorama Económico de la OCDE.
"Las economías avanzadas están retomando impulso y se dirigen a la alza del crecimiento mundial, mientras que los cilindros -atascados- del motor económico, como la inversión y el comercio, están empezando a funcionar de nuevo," dijo el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría, durante el lanzamiento del Panorama Económico 2014 en la Reunión anual del Consejo de Ministros de la OCDE y el Foro en París.
"Pero con el mundo que aún enfrenta de manera persistente el alto desempleo, los países deben hacer más para aumentar la resiliencia, alentar la inclusión y fortalecer la creación de empleos. El momento de las reformas es ahora: políticas que incentiven el crecimiento pero que al mismo tiempo creen oportunidades para todos, garantizando que los beneficios de la actividad económica sean ampliamente compartidos", dijo Gurría.
El crecimiento del PIB, de los 34 miembros de la OCDE, está proyectado que se acelere a una tasa del 2.2 % para 2014 y de 2.8 % en 2015, según el Panorama Económico 2014. El estudio indica que la economía mundial crecerá a una tasa de 3.4 % en 2014 y de 3.9 % en 2015.
Entre las principales economías, la recuperación se establece mejor en Estados Unidos que se prevé crezca un 2.6 % para el 2014 y un 3.5 % para el 2015. La zona euro tendrá un retorno de crecimiento positivo después de tres años de contracción, con 1.2% en 2014 y 1.7 % en 2015. En Japón, el crecimiento se verá mermado por la puesta en marcha de la muy necesaria de las medidas de consolidación fiscal y se espera que marche a un ritmo del 1.2 % en 2014 y 2015.
Para los BRIICS (Brasil, China, India, Indonesia, Rusia y Sudáfrica) la proyección del crecimiento de su PIB se tiene contemplado en 5.3 % para este año, en promedio, y 5.7 % en 2015. China, volverá a tener el crecimiento más rápido entre estos países, con sólo por debajo de 7.5% en 2014 y 2015.
El Panorama Económico 2014 pone especial atención sobre una serie de acontecimientos positivos, así como a los riesgos significativos que se dirigen a la baja. La inversión y el comercio son mostrados al mismo tiempo como signos de recuperación, pero el crecimiento se mantendrá moderado como en modelos pasados. Las condiciones financieras están mejorando en las economías avanzadas, pero los estrictos créditos y los cuellos de botella en la oferta están mermando el crecimiento en las economías emergentes.
El desempleo ha comenzado a caer de niveles históricos jamás observados a raíz de la crisis, pero aun se prevé que seguirán sin trabajo, en toda la zona OCDE, 44 millones de personas a finales de 2015, es decir 11 millones y medio más que antes de la crisis.
La OCDE destaca una serie de requisitos políticos que ayudarán a fortalecer aún más la recuperación. La política monetaria debe seguir siendo adaptable, especialmente en la zona del euro, en la que la reducción de tipos de interés debía ser más meritoria, dada la baja y la caída de la inflación, y en Japón, donde la compra de activos debería continuar como estaba prevista. En Estados Unidos, donde la recuperación tiene una estructura más sólida, la compra de activos por parte de la Reserva Federal debe ir reduciéndose paulatinamente durante 2014 y las tasas políticas deberían empezar a elevarse en 2015.
Con la fragilidad financiera que persiste en Europa, la OCDE asegura que es urgente mejorar la salud del sector bancario, completar el establecimiento de una unión bancaria en regla y mantener el auge de nuevas reformas. La evaluación completa de bancos de la zona euro debe proporcionar estimaciones fiables de las necesidades de capital a la que seguirá la rápida recapitalización, o en todo caso, una resolución.
El menor ritmo previsto de consolidación fiscal en EE.UU. y algunos países de la zona euro es justificado, dado los esfuerzos del pasado; de una manera constante debe darse una consolidación fuerte en Japón, donde la carga de la deuda pública es muy fuerte y sigue creciendo.
Se necesitan programas de reformas estructurales más ambiciosos para crear, por igual, empleo e impulsar el crecimiento en los países avanzados y emergentes.