Titulo 

    Informe Final XXV Reunión Ordinaria
    del Consejo Latinoamericano del SELA
    Octubre 1999.

     


Anexo 2:
Instalación de la Etapa Preparatoria

Discurso del Excelentísimo señor Jorge Valero,

Viceministro de Relaciones Exteriores de Venezuela

 

Distinguidos representantes de los 28 Estados que conforman esta importante Organización, distinguido Embajador y amigo, Carlos Moneta, Secretario Permanente del SELA, para quien pido un reconocimiento por la labor desplegada en el marco de estos cuatro años de gestión y con quien hemos tenido la oportunidad de dialogar, buscando siempre caminos y espacios comunes para la integración de América Latina y el Caribe.  Desde el momento en el cual esta gestión nueva de Venezuela comenzó a transitar ese arduo camino del ejercicio de la función pública, hemos mantenido una especial relación de intercambio intelectual, vamos a llamarlo de contrapunteo intelectual.

 

Señores, señoras, excelentísimos Embajadores y representantes que asisten a esta XXV Reunión Ordinaria del Consejo Latinoamericano.  Hasta hace pocos años resultaba impertinente para las corrientes dominantes en el pensamiento, invocar los fueros de los países del sur y de los países en vía de desarrollo, tiempos en los cuales se había hecho dominante el llamado pensamiento único y tiempos en los cuales, reivindicar los fueros de la soberanía, levantar propuestas en función de los países en vías de desarrollo, defender los organismos mismos  que agrupaban a los países en vía de desarrollo, como el G15 o como los no alineados, constituía una suerte de impertinencia conceptual.  Porque reinaban entonces en los círculos intelectuales del mundo y por consecuencia su eco en América Latina y el Caribe, los predicamentos del pensamiento único, que con mucha inteligencia lograra plasmar en un texto bastante discutido en los ámbitos intelectuales del mundo, un filósofo norteamericano, aunque de origen japonés, llamado Francis Fukuyama, en un libro que logró celebridad llamado "El Fin de la Historia y El Ultimo Hombre".  Tiempos en los cuales se había derrumbado el mundo soviético y en los cuales aparecía en la escena, el llamado mundo unipolar, tiempos en los cuales, levantar la defensa de los países en vías de desarrollo, reivindicar la necesidad de defender los precios de las materias primas, constituía una suerte de herejía frente al pensamiento dominante.

 

Los que hemos vivido ese período tan lleno de debates y tan llenos de condicionamientos intelectuales, podemos recordar, y quien les habla recuerda, una polémica respecto a los no alineados por ejemplo, cuando había predicamentos según los cuales este derrumbe del  mundo bipolar, hacía prácticamente inviable la existencia de organismos que agruparan a los países del tercer mundo, en este caso, los no alineados.

 

Y por esta vía se llegaba la subestimación de los organismos que agrupan a los países en vías de desarrollo,  como por ejemplo la OPEP.  Aquí mismo en estas latitudes se planteaba en nombre de una supuesta preminencia absoluta de las leyes del mercado, que la OPEP no tenía justificación y de que por esta vía, los países productores de petróleo debían abrir de manera infinita las espitas de la producción petrolera para que las leyes del mercado definieran las reglas de los precios.  Estoy hablando de un tiempo en el cual defender el pensamiento latinoamericano y caribeño resultaba también una impertinencia, se había hemogeneizado la cultura universal, habían desaparecido las fronteras nacionales, era incluso impertinente invocar la soberanía o la soberanía había desaparecido en el marco de la globalización.  Tales tiempos afortunadamente están cediendo su paso a nuevos tiempos del pensamiento y de la acción latinoamericana y caribeña, los cuales lejos de resistirse y sucumbir ante las dinámicas internacionales que quieren aplastar a los pueblos del tercer mundo, más bien por el contrario, significan respuestas dinámicas que hacen florecer nuevos espacios.  En este caso, el SELA es uno, muy importante de ellos.

 

La globalización ciertamente es un fenómeno inevitable del cual no podemos sustraernos por riesgos de quedar reducidos en la dinámica de la historia universal.  Pero hay diversos modos de insertarse en ella, hay diferentes modos de participar en ella.  Desde nuestro punto de vista, uno de los modos más adecuados para participar en ese proceso inevitable de globalización, es hacerlo desde los marcos de la integración de los pueblos.  Estos, en nuestra opinión, son fenómenos paralelos que marchan simultáneamente.  La globalización por un lado, los procesos de regionalización de integración de los espacios regionales en los ámbitos económicos, políticos y culturales, por el otro.  De lo contrario, no existirían hoy con subrayada fuerza, instancias supraregionales, como la Unión Europea y no existieran los procesos de integración en el Asia, Continente que acabamos de visitar y en el cual hemos tenido la oportunidad de establecer un diálogo fecundo con voceros autorizados de ese mundo.

 

Para nuestro Gobierno estos son procesos que deben marchar paralelamente, la globalización, pero también la integración regional y en este caso reivindicamos con mucha fuerza, la integración de los pueblos de América Latina y el Caribe, porque sino es posible esta integración, las capacidades y posibilidades de negociar con los bloques que se están configurando y de participar en las negociaciones a escala global, serán más difíciles y serán infructuosas.

 

Yo quiero entonces, en nombre del Señor Presidente de la República, Hugo Chávez y del Canciller, José Vicente Rangel, quien debería estar hoy aquí con ustedes, quiero entonces, saludar la realización de este evento al cual auguramos éxitos, porque el éxito del SELA es el éxito de América Latina y del Caribe. 

 

Nosotros, el Gobierno de Venezuela, estamos interesados en que en este marco de organismos regionales que han surgido, el SELA tenga su espacio.  Consideramos que al menos hay tres espacios dentro de los cuales el SELA puede moverse.  En primer lugar, el SELA puede contribuir a refundar un pensamiento latinoamericano y caribeño, en el ámbito de la reflexión intelectual.  Es necesario que haya una respuesta desde América Latina.  Debemos examinar la globalización, no desde las reflexiones que se hacen desde los centros internacionales, sino la globalización desde el ámbito latinoamericano y caribeño.  En segundo lugar, la reflexión frente a estos retos que se le plantean hoy al mundo como por ejemplo, los procesos de integración, como es la ronda del milenio. 

 

En tercer lugar, un esfuerzo que es también pertinente hacer desde el ámbito del SELA, es el de la articulación de esfuerzos por la integración latinoamericana y caribeña, papel en el cual también, puede cumplir un papel destacado este Organismo.

 

Yo quiero distinguidos amigos y amigas, excelencias, manifestarles que el Gobierno del Presidente Hugo Chávez, está comprometido con el SELA y quiere que tenga un espacio para actuar en los próximos años.

 

Reitero la complacencia de que delegados representantes excelentes de todos los países que integran esta Organización, hayan visitado los espacios vitales del pueblo de Bolívar y a todos les auguro una feliz permanencia en Venezuela y les deseo, que los debates que se lleven a cabo, sean productivos y útiles. 

 

Muchas gracias.

 

 

 

Discurso del Secretario Permanente del SELA

Embajador Carlos J. Moneta

 

Señor Ministro Encargado de Relaciones Exteriores de la República de Venezuela,

 

Señores Embajadores y Representantes de los Estados Miembros del SELA.

 

Damos hoy inicio a la Etapa Preparatoria de la XXV Reunión Ordinaria del Consejo Latinoamericano.  Es ésta la última Reunión en la cual me cabe participar en carácter de Secretario Permanente del SELA.  Por ello, pienso que tras cuatro años de intensa actividad, más que una presentación formal, que se realizará mediante el Informe Anual de la Secretaría Permanente y del Programa de Trabajo, quizás sería, de mayor utilidad efectuar unos breves comentarios de mi parte, señalando algunos de los criterios y orientaciones que surgen de la experiencia que hemos ganado en este período.

 

Estos años han sido críticos para el SELA y difíciles para la región y para sus organismos.  A esta situación general deben agregarse las secuelas que dejó el incendio que destruyera totalmente las instalaciones de la Secretaría Permanente, casi dos años atrás.  Pese a ello, y sin establecer incorrectos paralelismos, me atrevería a decir que nuestra región ha logrado recuperarse rápidamente de la crisis financiera que la afectara a partir de 1997 y que el SELA también ha superado la grave situación que le tocó enfrentar, ambos con alto costo y esfuerzo.

 

En cuanto a América Latina y el Caribe -y éste es uno de los temas centrales que vamos a abordar en esta reunión- el desafío consiste en cómo prevenir y mejorar la capacidad de defensa de la región frente a crisis que se hallan fuera de su control.  En el caso de la Secretaría Permanente, se presenta un doble camino, una doble vía de experiencias.  Por una parte, los aportes que felizmente la Secretaría pudo hacer con respecto al tema de la crisis financiera internacional, en conjunción con la CEPAL y con otras instituciones de la región, y por la otra, respecto a su propia elaboración interna del proceso de reestructuración y modernización a partir del incendio.

 

En el primer caso, el de la Región, tendremos un Panel de Alto Nivel mañana por la tarde, donde distinguidos especialistas y autoridades de organismos financieros de la región van a poder considerar, desde diferentes ángulos de visión, cómo América Latina y el Caribe pueden prepararse mejor para enfrentar ese tipo de crisis.  Esperamos los debates que ustedes van a realizar a partir de esas presentaciones.  En el Panel participan ALADI, el FLAR, el SELA y la CEPAL.  Lo que demuestra la intención por parte de los Organismos de la región de trabajar en forma articulada para servir mejor a las necesidades de los Estados Miembros.

 

Con respecto a la Secretaría Permanente y teniendo en cuenta mi gestión, quisiera señalar algunas experiencias, con la esperanza de que puedan resultar de utilidad para la consideración de posibles cambios en las orientaciones futuras que se impriman a las actividades del SELA y para quien me suceda en esta honrosa misión de actuar como Secretario Permanente.

 

En primer lugar, deseo referirme al tratamiento de una asimetría.  Existe una asimetría profunda,  y lo señalo muy  honestamente, entre la visión que se posee de nuestro Organismo en el seno de la región y la que parece compartir una parte apreciable del resto del mundo.  Las numerosas misiones y participaciones en reuniones internacionales que me ha tocado llevar a cabo, señalan que la imagen de esta Organización en el exterior es muy positiva, teniendo en cuenta su dimensión y áreas de competencia en el conjunto de los organismos regionales. Sus trabajos, al igual que la participación de sus funcionarios en los distintos foros, son muy bien recibidos y contribuyen a crear una imagen externa favorable para la región.

 

Se ha señalado hasta el cansancio que este es el único foro propiamente latinoamericano y caribeño, y ese factor es tenido seriamente en cuenta en el exterior.  Existe aquí - y me permito plantearlo como una sugerencia- un amplio espacio para trabajar en favor de las vinculaciones externas de América Latina y el Caribe.  Por múltiples razones, entre ellas, la situación financiera, se ha llevado a cabo por parte de la Secretaría una política de restricción de viajes.  Sin embargo, considero que es altamente conveniente esa presencia externa.

 

En múltiples foros y distintos países y regiones, la imagen del SELA es, en parte, la imagen de América Latina y el Caribe, más allá del ámbito de las relaciones bilaterales que cada Estado-nación establece con sus contrapartes en el mundo.  El SELA ha trascendido el ámbito diplomático, estableciendo vínculos con los operadores financieros y empresariales, con los centros de investigación, con diversos sectores sociales, con los actores de la cooperación externa de diferentes países y mecanismos regionales y subregionales.  Nuestros documentos, los libros, y la web son muy apreciados, ya que se registra una clara insuficiencia en la cantidad y temática de la documentación sobre temas económicos de América Latina y el Caribe accesible desde el exterior.

 

Como instrumentos, reitero entonces la importancia de las publicaciones y de la Web Site.  Esta última ha tenido un gran éxito.  En muchas partes del mundo nos han expresado que mediante la web han logrado obtener excelente información sobre nuestra región.  En consecuencia, la actividad de funcionarios, los documentos y la web permiten optimizar la presencia externa de la región en el ámbito de nuestra competencia.

 

Otro elemento que pongo a consideración de ustedes es, a mi juicio, la ineludible necesidad que tenemos de ampliar nuestros horizontes.  Si se observa el plexo de las relaciones externas de la región, quedan claramente establecidos cuáles son los flujos principales que se han dado históricamente, orientados hacia la Unión Europea y América del Norte.  No obstante, como decía el escritor Ciro Alegría, "el mundo es ancho y ajeno". Cuando nos referimos a la necesidad de diversificar nuestros vínculos teniendo en cuenta el proceso de globalización, tendríamos que reconocer que, con la excepción de ciertos casos, gran parte del mundo continúa siendo -en lo esencial y en importante medida- ancho y ajeno.

 

Es cierto que se mantienen relaciones diplomáticas con casi todos los países, pero no hemos explorado en profundidad las posibilidades económicas que representan Asia del Pacífico y Asia del Sur, parte de Africa y de Medio Oriente.  Estimo que en los años por venir, el ejercicio sistemático que cubra las vertientes política, cultural y económica- entender a otras sociedades, para poder establecer con ellas fructíferas relaciones económicas- adquirirá un mayor peso para nuestra región.  En ese contexto, el SELA puede constituir un instrumento muy adecuado de apoyo y de avanzada.  Ese papel se ha cumplido parcialmente durante estos años, al lograr el SELA incrementar y diversificar los vínculos de la región con Asia del Pacífico, habiéndose iniciado, en grado menor, una tarea equivalente con Africa del Sur. 

 

Un tercer ámbito importante, que desearía dejar señalado, corresponde a la dimensión cultural de la integración y del proceso globalizador. Se ha afirmado muchas veces -y quien les habla, tal vez los ha cansado con ello- que el proceso de globalización no puede ser limitado solamente a su dimensión económica; que esa percepción puede conducir a cometer graves errores en el diagnóstico y la acción, al obviar las dimensiones ecológica, política social, y cultural.

 

En ese sentido, deseo agradecer profundamente el apoyo que los Estados Miembros han dado a los primeros pasos que realizáramos en este campo.  Comenzamos una tarea muy modesta el año pasado, con un taller regional sobre los problemas de la identidad cultural bajo el proceso de globalización y regionalización y sobre las industrias culturales en la región. Su primer resultado fue un libro, cuyo éxito nos ha sorprendido.  La dimensión cultural recién comienza a ser percibida, tanto en su importancia económica como en su capacidad de contribuir, de manera no siempre positiva, al proceso de globalización. y a la modificación de las identidades nacionales en las distintas regiones. 

 

No es casualidad entonces, que se celebrara pocas semanas atrás, en Florencia, una reunión sobre "Cultura y Desarrollo" en la cual tuve la oportunidad de participar, organizada por el Banco Mundial y el gobierno de Italia.  Contó con mil participantes de todo el mundo, concurriendo ministros y viceministros. El Presidente del Banco Mundial señaló claramente en esa ocasión que no se podrá  alcanzar el desarrollo, si no se cuenta con una matriz y una afirmación de los factores culturales, ya que éstos constituyen un elemento fundamental para su concreción. 

 

Aquí se presenta otra área de actividad en la cual me parece necesario actuar, conjuntamente con la UNESCO, el Convenio Andrés Bello y otras instituciones nacionales, regionales e internacionales.  En ese marco, surge claramente la importancia de la "Cultura de la integración".  Como es de su conocimiento, en las reuniones de los ministros de Cultura y de  los organismos subregionales así como en los acuerdos de integración,  está presente el tema cultural.  Debe reconocerse, no obstante, que es poco lo que se está haciendo en la práctica para avanzar en ese ámbito, que nos va a permitir obtener legitimidad, sustento y viabilidad a los acuerdos que estamos alcanzando en el campo comercial y financiero.

 

Un cuarto elemento que deseo sugerir -ante la creciente incertidumbre y complejidad, y alta dinámica de cambio- es la necesidad que existe de auscultar las tendencias de evolución futuras sabiendo que nadie tiene la esfera de cristal en su poder.  No obstante, mediante la aplicación de diversas técnicas puede contarse con algunos criterios-guía de previsión ante la configuración de futuros escenarios.  Creo que existe en este campo un enorme espacio para la reflexión anticipatoria, en el cual el SELA puede actuar conjuntamente con otras instituciones. 

 

Desearía realizar algunos comentarios breves con respecto a la Agenda de Trabajo para el año 2000 y sobre algunos factores, que pueden contribuir a fortalecer el peso y la viabilidad futura del Organismo.  Con respecto al Programa de Trabajo, todos estamos conscientes que estamos al inicio de una nueva ronda de negociaciones en el seno de la OMC de fundamental importancia para nuestros países:  la denominada "Ronda del Milenio", altamente compleja y que exigirá un gran esfuerzo de preparación. El SELA puede y debe contribuir en puntos sustantivos de la Agenda con las tareas de preparación que realicen los Estados Miembros.  De igual manera, la continuación de las negociaciones hemisféricas en el ALCA, que también se hallan en puntos de definición, requieren en términos de su evolución futura continuar los trabajos de análisis y evaluación que realizara la Secretaría Permanente durante los últimos años.

 

A estos dos temas fundamentales me permito agregar el de las acciones que la Secretaría Permanente lleva a cabo para vincular mas estrechamente a los diferentes países y esquemas subregionales entre sí.  En ese marco, deseo destacar que así como fue muy importante la realización del proyecto Caribe-MERCOSUR hace un par de años atrás, se halla ya en un avanzado estado de ejecución un estudio destinado a incrementar los vínculos comerciales y financieros entre Argentina y MERCOSUR con Cuba.  Esta línea de trabajo, junto al análisis y búsqueda de las vías más accesibles para avanzar hacia la concertación de las políticas macroeconómicas en el plano regional y subregional, adquieren cada vez más relieve y urgencia en el contexto actual de la integración regional.

 

Con referencia a la globalización, teniendo en cuenta los profundos cambios que se están produciendo y los mandatos del Consejo en el sistema internacional, parece necesario realizar una nueva serie de talleres y debates en la región, como los efectuados hace dos atrás, para preparar el Informe sobre la Inserción de América Latina y el Caribe.  Estimo que sería muy útil continuar ese tipo de ejercicios, teniendo como guía la necesidad de elaborar una agenda distinta.  Necesitamos evaluar cuáles fueron los resultados para América Latina y el Caribe de estos últimos diez años, a partir de la aplicación de un modelo de economía neoclásica.  Al filo de la nueva centuria es válido y necesario interrogarse sobre los costos y beneficios, sobre qué resulta necesario modificar en ese modelo, qué factores nuevos requieren confirmar algunos aspectos y transformar decididamente otros en pos de la configuración de una nueva agenda de desarrollo y de inserción internacional para los próximos años.

 

Mi último comentario se centra en el funcionamiento y los problemas que la Secretaría Permanente debió enfrentar a lo largo de este cuatrienio.  Durante los últimos cuatro años, el Sistema Económico Latinoamericano ha atravesado un amplio proceso de reforma, reestructuración y modernización.  Este proceso se profundizó a partir de la destrucción de la sede de la Secretaría Permanente por un incendio en febrero de 1998 y de la difícil situación financiera que la ha afectado desde largo tiempo atrás, pero que adquirió una dimensión particularmente relevante a partir de esa fecha. El nuevo desarrollo institucional ha significado una severa disminución del presupuesto del organismo e implicó una importante reducción de personal, tanto local como internacional, cuya implementación ha sido gradualmente aplicada en 1998 y 1999.

 

Este prolongado proceso, que demandó una ardua y positiva tarea por parte de las representaciones de los países miembros en Caracas y de la Secretaría Permanente durante 1998 y los primeros meses de 1999, se vio reflejado en las decisiones adoptadas durante la VI Reunión Extraordinaria (Caracas, Mayo 1998), la XXIV Reunión Ordinaria (La Habana, Diciembre 1998) y la VII Reunión Extraordinaria (Caracas, Marzo 1999) del Consejo Latinoamericano del SELA.

 

Como producto de esos trabajos, no sólo se puso en práctica la reestructuración del SELA, sino que también se llegó a un acuerdo sin precedentes para el pago de las deudas de los países miembros con la Secretaría Permanente, contenido en la Decisión 414.  Como señala el informe elaborado por esta Secretaría sobre ese tema, es necesario  destacar el muy significativo esfuerzo realizado por un gran número de países miembros por honrar no sólo los pagos comprometidos para este año, sino incluso, en algunos casos, por adelantar gran parte o la totalidad de las deudas pendientes pese a las difíciles situaciones económicas que enfrentaban.  Reciban todos esos países nuestro profundo agradecimiento.  Lamentablemente, existe todavía un relativamente reducido grupo de países que no han cumplido los compromisos de pago asumidos en dicha decisión del Consejo Latinoamericano.  La magnitud financiera de las cuotas pendientes por parte de algunos de ellos pone en serio riesgo no sólo la capacidad de la Secretaría Permanente de llevar a cabo los programas de trabajo encomendados por el Consejo Latinoamericano, sino lo que es más grave aún, la viabilidad misma del Organismo.  En consecuencia, me permito poner énfasis en la necesidad de que durante la presente Reunión Ordinaria del Consejo, este tema sea objeto de particular consideración.  Es necesario que haya pronunciamientos sobre el cumplimiento de los compromisos adquiridos que permitan compatibilizar el apoyo político puesto claramente de manifiesto por la gran mayoría de los Estados que integran el SELA, durante los últimos dos años, con una peligrosa situación de incertidumbre financiera.

 

Sin embargo, también debe señalarse que la situación señalada no ha impedido que el organismo avance -poniendo en ello su personal un enorme empeño- en la consecución de los objetivos estratégicos establecidos en su Convenio de creación, adaptados y actualizados por los Estados Miembros en el proceso de reforma llevado a cabo.

 

Durante el pasado cuatrienio, la Secretaría Permanente se ha esforzado por dar eficiente cumplimiento a los numerosos mandatos aprobados por el Consejo Latinoamericano.  En esta tarea, la Secretaría ha desarrollado sus funciones con una dotación de personal cada vez más reducida y con recursos presupuestarios muy limitados.  Esta limitación de recursos fue parcialmente salvada mediante un ejercicio continuo y sistemático de captación de recursos externos de cooperación.  Durante la gestión 1996-1999 fue obtenido un monto de US$ 2.729.000 [1] y este hubiera bordeado los cuatro millones de dólares de no haber tenido que interrumpirlo por casi un año, como consecuencia de las tareas de reactivación posteriores al incendio.  Es importante destacar que sin los significativos aportes de todas estas instituciones: AECI, BID, INTAL, UE, MOF-Japón, Fondo Fiduciario Pérez Guerrero y Fondo OPEP, la Secretaría Permanente del SELA no hubiera podido desarrollar un alto porcentaje de las actividades de sus programas de trabajo durante estos años.  De igual manera, eso explica por qué la Secretaría Permanente debió adoptar criterios más flexibles e innovadores en la búsqueda de perfiles de cooperación que se adaptaran a los lineamientos centrales de los programas de trabajo.   En ese contexto, agradezco en nombre de todo el personal de la Secretaría que nuestro  desempeño a lo largo de todo el período haya sido evaluado en forma detallada y muy favorablemente en las sucesivas reuniones ordinarias anuales del Consejo Latinoamericano.

 

Señoras y Señores Delegados:

 

Se va a realizar la elección de un nuevo Secretario Permanente y creo que es clara la voluntad política de todos ustedes de lograr que el nuevo plantel directivo de la Secretaría, que tiene ante sí la difícil misión de apoyar a los Estados Miembros a superar con éxito los desafíos de una nueva década y de una nueva centuria, asuma en las mejores condiciones posibles.  Por ello, reitero nuestro agradecimiento  por el enorme esfuerzo que han hecho y me permito solicitarles que las definiciones de carácter económico que alcance esta reunión del Consejo Latinoamericano del SELA reafirmen, en la práctica, esa voluntad de apoyo político.  En ese contexto, deseo expresar mi especial agradecimiento al Gobierno de Venezuela, que desde la asunción de sus nuevas autoridades, ha expresado, por la vía del Señor Canciller y Vicecanciller, su total apoyo al SELA.

 

Señoras y Señores Delegados:

 

Tenemos ante nosotros una larga jornada de trabajo, pero me pareció oportuno transmitirles, con honestidad y respeto, parte de las experiencias de quien ha estado trabajando conjuntamente con ustedes cuatro años y que por haber actuado antes en la institución, tiene ya grabado en su espíritu el ideario del SELA.

 

Muchas gracias.


[1] Corresponden US$ 1.400.000 al Convenio AECI-SELA; US$ 623.000 al Programa de Cooperación BID/SELA y BID-INTAL/SELA; US$ 300.000 a la Cooperación MOF-IFMP(Japón)/BID/SELA; US$ 250.000 al Fondo OPEP y al Fondo Fiduciario Pérez Guerrero y US$ 156.000 al Programa de Cooperación UE/SELA.


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