Informe Final de la XXII Reunión Ordinaria
del Consejo Latinoamericano

Anexo no. 3: Discursos de Instalación

Discurso del EmbajadorCarlos J. Moneta,
Secretario Permanente del Sistema Económico
Latinoamericano (SELA), en la instalación
de la etapa preparatoria de la XXII Reunión
Ordinaria del Consejo Latinoamericano
(Transcripción de la grabación magnetofónica)

 

Señor Embajador

Carlos Pérez del Castillo,

Ministro Interino de Relaciones Exteriores

de la República Oriental del Uruguay,

Señores Ministros y Jefes de Delegación,

Señor Secretario General

de la Asociación Latinoamericana de Integración,

Honorables Delegados, Observadores e Invitados Especiales,

Señoras y señores,

Permítaseme, en primer lugar, agradecer muy sinceramente al Gobierno de la República Oriental del Uruguay por haber invitado al Consejo Latinoamericano a reunirse en esta hermosa tierra, cuyo pueblo ha demostrado con hechos claros y contundentes su convicción en favor de la democracia y de la integración de América Latina y del Caribe.

 

En segundo lugar, permítaseme felicitar, en un tono mucho más personal, al Embajador Carlos Pérez del Castillo por estar aquí entre nosotros. Me honra el haber colaborado con él años atrás en el SELA y esto establece un puente especial de continuidad y fraternidad. El hecho de que esté con nosotros en estos días en las sesiones de trabajo, asegura, desde ya, el total éxito de esta reunión.

 

De igual manera deseo agradecerle especialmente al Ingeniero Antunes, por ésta tan fraterna cordialidad de la ALADI al recibirnos en esta casa y brindarnos todo su apoyo y su eficiente equipo para que podamos llevar adelante nuestros trabajos. Le ruego al Ing. Antunes que transmita estos saludos a los señores Miembros del Comité de Representantes y a todo su personal.

 

Una irregular y dinámica combinación de continuidad y cambio caracteriza nuestra época. Continuidad del sistema internacional, de la existencia y acción de los Estados, de las instituciones y de las sociedades. No obstante, todos esos sistemas, entes y seres participan hoy como sujetos y actores de profundos y complejos procesos de cambio.

 

Globalización y regionalización, modificación de modelos económicos y políticos, cambios de expectativas, valores y situaciones permean y orientan nuestras acciones.

 

Como Organismo, el SELA y su Secretaría Permanente se hallan inmersos en esos procesos de cambio, que inciden en el contexto latinoamericano y caribeño, dotando de una mayor complejidad y diversidad a la agenda externa y a los requerimientos de cooperación de los países de la región. Participar con mayor capacidad e influencia en las negociaciones económicas internacionales y el deseo de mejorar la inserción externa indican la conveniencia de poder contar con una reflexión y previsión adecuada sobre los cambios, a mediano y largo plazo, de los escenarios globales y regionales.

 

De igual manera, torna necesario el rediseño de la coordinación de los países de América Latina y el Caribe en función de la interacción de dinámicas de distinto signo. Para ello, se requiere contar con una adecuada identificación y compatibilización regional y sectorial de intereses que, ineludiblemente, serán en parte diferentes y en parte comunes, así como de un uso más intenso y amplio de las enormes posibilidades que contienen el intercambio de experiencias y la cooperación intrarregional e internacional.

 

A partir de los objetivos establecidos por el Convenio de Panamá, cuya continua validez el tiempo se ha encargado de constatar, el SELA ha emprendido un proceso de reestructuración y modernización para adaptar sus vías, modos y medios de acción a los nuevos desafíos. En ese sentido, las orientaciones y recomendaciones de las dos Reuniones de Alto Nivel sobre Reestructuración y Modernización celebradas en Caracas en octubre de 1995 y septiembre de 1996 -a las que se sumarán ahora las impartidas durante esta Reunión del Consejo Latinoamericano- ofrecen un rico espectro de vías efectivas para la acción. La Secretaría Permanente ha procurado incorporar rápidamente esos criterios en la elaboración de su Programa de Trabajo para 1997, en los Lineamientos de Acción para el trienio 1997-99, y en el Proyecto sobre Presupuesto Administrativo para el próximo año que esta Reunión Ordinaria del Consejo considerará durante las próximas jornadas.

 

De igual manera, las tareas del Grupo de Trabajo sobre la Situación Financiera de la Secretaría Permanente, que se reuniera pocos días atrás en Caracas por acuerdo de la II Reunión de Reestructuración, permitirán contar con elementos de juicio razonables y mesurados para el análisis y las decisiones que el Consejo Latinoamericano estime conveniente adoptar en esa materia.

 

En el ámbito de las relaciones económicas externas, la complejidad de los procesos, sus múltiples interacciones y la gran velocidad con que se modifican los escenarios mundiales, regionales y sectoriales, aconseja ampliar la previsión sobre los escenarios de cambio y el seguimiento de las políticas de los países industrializados y emergentes. La Secretaría Permanente sugiere en el Programa de Trabajo diversas líneas de acción y actividades que se podrían llevar a cabo, con costos marginales, en ese campo.

 

En ese contexto, merecen especial atención del Consejo Latinoamericano los nuevos desarrollos que está adquiriendo la aplicación de medidas económicas coercitivas contra Estados Miembros del SELA, políticas de lamentable tradición en el ámbito de las relaciones internacionales y que ahora, por sus enfoques, contenidos y ámbitos de aplicación, constituyen una grave amenaza que lesiona los legítimos intereses de Cuba, así como de los restantes países de América Latina y el Caribe y de la comunidad internacional. Tal es el caso de la Ley Helms-Burton de los Estados Unidos, sobre la cual la Secretaría Permanente ha elaborado un documento que pone a consideración de los Estados Miembros.

 

En cuanto corresponde al comercio y al financiamiento internacional, se observan por doquier múltiples signos de la creciente trascendencia, complejidad y amplitud que adquieren las agendas -íntimamente entrelazadas- del comercio y las inversiones para los países de la región. Es nuestro deseo que las conclusiones de la III Reunión de Responsables Gubernamentales de la Política Comercial de América Latina y el Caribe que acabamos de celebrar ayer y que se presentarán en esta ocasión al Consejo, junto con documentos preparados por la Secretaría sobre esos temas, al igual que las propuestas de acción contenidas en el Programa de Trabajo para 1997, ofrezcan ideas y elementos útiles para la acción de los Estados Miembros en este vital campo de acción regional, hemisférico y global.

 

La multidimensionalidad de la globalización afecta simultáneamente distintos ámbitos de la realidad económica y social, desvirtuando la tradicional frontera entre las dimensiones interna y externa de nuestros países. En el nuevo contexto, los problemas -y sus soluciones- tienden a ser comunes. Por ello, los problemas vinculados a la articulación de las políticas económicas y sociales, el combate a la pobreza, la formación y capacitación de recursos humanos, la modernización productiva y la política industrial, entre otros, pueden alcanzar soluciones más adecuadas y efectivas si se aplica para ello el vasto repertorio de experiencias nacionales en esas materias con que cuenta la región, a las que se puede inclusive agregar las de otras regiones y países. En ese marco, la Secretaría Permanente presentará distintas propuestas a consideración del Consejo.

 

Asimismo, en el vasto y vital ámbito de la cooperación e integración regional, serán puestas a consideración de la presente Reunión del Consejo las conclusiones y elementos para avanzar en la acción conjunta, a partir de los progresos alcanzados en la reciente Reunión celebrada por los Jefes de las Secretarías de Organismos de Integración y Cooperación Regional, las propuestas en materia de cooperación incluidas en el Programa de Trabajo de la Secretaría, los acuerdos aprobados por la XI Reunión de Directores de Cooperación Técnica Internacional y las acciones en marcha en apoyo de Haití. Mención especial merece, en nuestro entender, el decidido avance que se ha logrado en la cooperación con el Caribe y Centroamérica, mediante múltiples acciones llevadas a cabo por la Secretaría Permanente en distintos campos, al igual que el decidido y constante apoyo que se le presta a la Asociación de Estados del Caribe.

 

Señoras y señores Delegados:

 

Hasta aquí me he limitado a presentar, en apretada síntesis, varios de los temas que entendemos pueden generar orientaciones y decisiones por parte del Consejo Latinoamericano. Al realizar la introducción específica de los temas, habrá oportunidad de señalar, brevemente y cuando corresponda, algunas sugerencias que consideramos podrían mejorar la efectividad o eficiencia de las actividades respectivas.

 

Pero ese esfuerzo de cambio, que lo dimos al iniciar esta exposición, comienza por la forma en que programemos llevar a cabo los trabajos de esta reunión y a lo largo del año, atendiendo consultas informales realizadas con distintas Cancillerías y según se planteara en la reunión de Embajadores de los países del SELA, realizada pocos meses atrás en Caracas.

 

Nos referimos a que ésta, con carácter experimental, va a ser la primera reunión en la cual, en vez de tener ustedes docenas de documentos, van a tener apenas un número muy limitado y referidos a los temas centrales. El resto de los documentos, de acuerdo a un criterio que ya se ha puesto en práctica en años anteriores pero que tratamos de profundizar, se va a distribuir a lo largo del año.

 

De esa manera, esperamos que ustedes puedan centrar su atención en los temas más importantes del debate y no tener que perder un tiempo precioso en la revisión casi rutinaria de una cantidad de trabajo de la Secretaría que, si ustedes lo estiman conveniente, siempre podrán ser presentados para su consideración. De igual manera, esa columna de peso importante y de lectura difícil que se presentaba, va a ser reemplazada por un diskette que va a tener todos los documentos que la Secretaría ha elaborado a lo largo del año y que consideramos fundamentales para su propio archivo y consulta en el futuro.

 

Señores Ministros y Jefes de Delegación

 

 

Los países fundadores del SELA, cuando decidieron hace 21 años "establecer un sistema permanente de cooperación económica y social intrarregional, de consulta y coordinación de América Latina", afirmaron "...que la dinámica actual de las relaciones internacionales, en los campos económico y social, hace necesario que los esfuerzos e iniciativas realizadas hasta el presente para alcanzar la coordinación entre los países latinoamericanos, se transformen en un sistema permanente que por primera vez incluya a todos los Estados de la región, asuma los acuerdos y principios que hasta el momento se han adoptado conjuntamente por la totalidad de los países de América Latina y asegure su ejecución mediante acciones concertadas...". Asimismo, señalaron "que es imprescindible propiciar una mayor unidad de los países de América Latina, a fin de garantizar acciones solidarias en el terreno de la cooperación económica y social intrarregional, acrecentar el poder de negociación de la región y asegurar que la América Latina ocupe el lugar que legítimamente le corresponde en el seno de la comunidad internacional...".

 

Al considerar hoy lo hecho en el cumplimiento de estos objetivos y en la aplicación de estos criterios, podemos mirar el camino recorrido con cierta satisfacción, ya que, indudablemente, hemos avanzado. No obstante, para cumplir el sueño de quienes nos precedieron debemos aún alcanzar ciertas metas, que ya no parecen tan lejanas. Entre ellas, me siento particularmente alentado por una propuesta que va a considerar el Consejo en esta reunión, relativa a la inclusión de los Estados del Caribe Oriental en la familia del SELA y a ello se refiere a uno de los párrafos que leí: "....que el SELA se transforme en un sistema permanente que por primera vez, -pongo énfasis en ello-, incluya a todos los Estados de la región. Estoy seguro que la rápidamente creciente interacción y estrecha cooperación que hoy se está generando entre América Latina y el Caribe de habla inglesa, nos permitirá contar a breve plazo con un SELA que abarque a la totalidad de los Estados de nuestra región.

 

De igual manera, percibimos una opción distinta en el terreno de la cooperación económica y social intrarregional.

 

Los anhelos de los fundadores adquieren, por la vía de vuestras acciones, un nuevo y pleno sentido.

Muchas gracias.

 


 

Discurso del Excmo. Señor Embajador
Carlos Pérez Del Castillo,
Ministro Interino de Relaciones Exteriores
de la República Oriental del Uruguay,
en la instalación de la etapa preparatoria
de la XXII Reunión Ordinaria del Consejo Latinoamericano
(Transcripción de la grabación magnetofónica)

 

Señor Secretario Permanente del SELA,

Señor Secretario General de la ALADI,

Señores Ministros,

Señores Jefes de Delegación,

Señores representantes de los 27 países que conforman el SELA

Señores representantes de organismos regionales y mundiales

Señoras y señores:


En primer lugar, quisiera dar a todos ustedes una muy cordial bienvenida al Uruguay y agradecer muy especialmente las palabras del Secretario Permanente en cuanto al papel de mi país y al de mi persona.

 

En segundo lugar, decirles que es un gran honor ser sede de esta XXII Reunión Ordinaria del Consejo Latinoamericano del SELA, y lo decimos porque desde el inicio, desde la creación de este foro, el Uruguay se ha sentido identificado con los objetivos, con el papel y con las funciones de este órgano exclusivamente latinoamericano y caribeño que ha tenido su importancia y ha demostrado su utilidad durante estos años de vida.

 

Evidentemente y como en todas las cosas del mundo, ha tenido sus momentos de luces y ha tenido sus momentos de sombra, pero nadie puede discutir -y será sin duda uno de los elementos característicos de este foro regional de América Latina y el Caribe- de que el SELA siempre supo asumir la defensa de lo que fueron los legítimos intereses de la región. Eso lo hizo abordando la agenda latinoamericana y caribeña, sin excepciones, sin esquivar temas que podrían ser políticamente sensibles, sin adaptar su accionar y su pensamiento a las políticas y a las teorías económicas de moda, y lo hizo siempre con esa honestidad intelectual y con valentía que yo quiero de todas maneras destacar. Por cierto, de hecho yo diría que estamos muy agradecidos al SELA.

 

En lo personal, evidentemente para mí es motivo de una gran satisfacción estar nuevamente en este foro y ver tantas caras amigas.

 

En tercer lugar, me parece muy importante reconocer el hecho de que el SELA se esté reuniendo en estos momentos en la sede de la ALADI. No es casualidad de que esta reunión se esté realizando en esta casa y no en un hotel o en algún salón que podríamos haber facilitado en Montevideo para esta ocasión. Me parece que es un reflejo de la colaboración que existe desde hace algunos años entre los dos Secretarios Permanentes, del espíritu de trabajar coordinadamente, del espíritu de no duplicar esfuerzos ni recursos financieros y de abordar este camino conjuntamente. El hecho que hayan tenido una reunión el domingo, entre todos los otros organismos que conforman este rico patrimonio regional, me parece también digno de destacarse y de felicitarlos por ello.

 

Como lo decía el Secretario Permanente, tenemos una agenda bastante amplia, bastante compleja, de muchos temas. Entre ellos están los tradicionales, como las relaciones externas, de cooperación, de comercio, de integración, de financiamiento, de políticas sociales, el tema institucional, el tema del programa de trabajo, etc., etc. Lo primero que quisiera destacar, es que tuve la oportunidad el fin de semana de revisar la documentación que ha preparado la Secretaría como sustento de la discusión de todos estos temas, y debo felicitarla por el profesionalismo con que ha abordado las tareas, lo que nos da, seguramente, a todos los gobiernos un punto de partida muy importante para esa reflexión conjunta que deberemos realizar estos próximos días.

 

Dentro de toda esta temática, quisiera elegir tres temas que me parecen importantes y que serán, sin lugar a dudas, abordados por esta reunión preparatoria o durante la reunión ministerial.

 

El primero se refiere a la próxima reunión de la Organización Mundial de Comercio. Este tema, tengo entendido, ha sido discutido en el día de ayer y volverá a ser objeto de discusión a nivel de la reunión ministerial. Este es un tema muy importante para el destino de nuestros países porque, en primer lugar, apenas empiezan a instrumentarse los resultados de la Ronda Uruguay y que ya tenemos en el horizonte una serie de nuevos temas que se están tratando en los programas de trabajo y en las acciones de la Organización Mundial de Comercio. Si bien muchos de estos temas son interesantes, deberían recibir una adecuada reflexión y consideración por parte de nuestros países.

 

Creo que la tarea esencial de la próxima reunión de Singapur es abocarse a una evaluación de los compromisos que los países han asumido en la Ronda Uruguay, pues nos costó años llegar a ese delicado equilibrio, para ver en qué medida se está cumpliendo con esos compromisos y aprovechar la ocasión para identificar los casos en que no se esté cumpliendo cabalmente con lo que se ha acordado en esa Ronda, así como para ajustar el camino a fin de asegurarnos que todos los países se beneficiarán de aquello que hemos negociado durante largos años de penosos esfuerzos.

 

Una vez que se haya hecho eso, podremos abocarnos a la consideración de nuevos temas, pero me parece importante de que aquí, en esta reunión o en la ministerial, podamos dar algunos lineamientos de lo que es la percepción que sentimos desde las capitales, en cuanto a la importancia que tiene la reunión de Singapur para asegurar el cumplimiento de los compromisos que todos los países hemos asumido en la Ronda Uruguay. Los que hemos estado en Ginebra nos damos cuenta de que allí, sin lugar a duda, hay una dinámica muy importante de temas y de negociaciones que obliga a nuestros negociadores a asumir una cantidad de medidas, y de decisiones que los ponen en contacto diario con la preparación de los documentos que finalmente serán objeto de discusión por parte de nuestros ministros en Singapur. Pero me parece que es bueno también reforzar este ejercicio de negociación constante de Ginebra con una visión desde afuera, desde las capitales, que toman cierta distancia de esa dinámica de concesiones, del toma y daca que se da en el proceso diario de Ginebra, y tratar de ver con serenidad los grandes objetivos, los grandes compromisos que nosotros queremos que se sigan instrumentando en la OMC. Por lo tanto, me parece importante que aquí se discuta la necesidad de tener una reunión de coordinación antes de la reunión ministerial, que podría ser en el mismo Singapur. No necesita convocarse con anterioridad, pero me parece importante que haya un cierto mensaje de las capitales con relación a las prioridades y a la dirección que tiene que tomar ese ejercicio de evaluación de la Ronda Uruguay y de preparación de la reunión de Singapur.

 

El segundo tema que quisiera abordar tiene que ver con la agenda latinoamericana. Todos sabemos que en este momento, nuestros países están enfrentando una agenda amplia, muy compleja, de diferentes temas económicos, entre los cuales surge como prioritario el tema de la integración regional, que ha sido adoptada por todos nuestros países como un eje central de su política de desarrollo, tanto económico como social. En el caso del MERCOSUR, por ejemplo, no solamente estamos consolidando nuestro propio proceso de una unión aduanera, sino que, al mismo tiempo, como les consta, ya hemos negociado una zona de libre comercio con Chile, la tenemos prácticamente negociada con Bolivia y sólo falta ahora su ratificación, estamos en este momento en negociaciones con el Pacto Andino, hemos iniciado negociaciones también con México, estamos involucrados en negociaciones tendientes a una mayor liberalización con la Unión Europea, y estamos embarcados con todos los países de América Latina y el Caribe en la conformación del Area del Comercio de las Américas (ALCA). Creo que en este ejercicio no solamente está el MERCOSUR. Seguramente que los países del Pacto Andino, los del Mercado Común Centroamericano y los del CARICOM están embarcados en procesos similares, tratando de consolidar lo de ellos y, al mismo tiempo, tratando de navegar en estas aguas, de vez en cuando turbulentas, para poder cumplir con los objetivos de una agenda muy dinámica en la cual nos es difícil, en este momento, intervenir para cambiarla o ratificarla, pero sobre todo, tratando de preservar los compromisos que hemos asumido y los logros que nos ha dado el proceso de integración.

 

Me gustaría que en esta reunión del SELA se pudieran intercambiar experiencias y reflexiones de cómo estamos viendo esa dinámica agenda que tenemos por delante, de manera tal de ir diseñando entre los países latinoamericanos una visión estratégica de dónde estamos y hacia dónde vamos, y asegurándonos que no hayan incompatibilidades entre una u otra dirección que estemos tomando. Me parece que es aquí, en el SELA, donde están representados el Caribe, el Mercado Común Centroamericano, el Pacto Andino, México y todos los países de América del Sur, que debemos iniciar un diálogo franco y sincero en esa dirección, porque no cabe la menor duda que todos queremos preservar lo que hemos conquistado y, al mismo tiempo, tener una inserción más dinámica y más competitiva en los otros compromisos que hemos asumido.

 

El tercer tema, que quisiera tratar con ustedes tiene que ver con la institucionalidad regional. Creo que es un tema muy importante, en el cual, como les consta, mi país ha asumido, en el marco del Grupo de Río, un cierto liderazgo. La dirección que hemos propuesto es la siguiente: el mundo, como todos sabemos, ha sufrido profundas transformaciones políticas y económicas, y también la región ha sufrido los avatares y se ha tenido que reciclar en materia económica. Los organismos regionales no han seguido el curso de estas acciones, y en muchos casos, no se han adaptado a las nuevas exigencias, a los nuevos desafíos de la economía mundial. Frente a la compleja agenda que mencionaba anteriormente, veo que para todos los gobiernos de la región es indispensable aunar esfuerzos para volver a repensar nuestra institucionalidad regional en términos de fortalecimiento, en términos de racionalización, para que los puedan nuevamente apoyar, como lo hicieron en el pasado, nuestros esfuerzos de desarrollo, nuestros esfuerzos de bienestar social y, al mismo tiempo, nuestros esfuerzos de integración.

 

Sabemos que en muchos organismos se están produciendo procesos de reestructuración y procesos de reflexión en esa dirección. Sin embargo, consideramos que es difícil que se puedan lograr verdaderos ajustes si se consideran las acciones de estos organismos individualmente, con abstracción de lo que se está haciendo en otros organismos. Me parece que es importante tener una visión global de la América Latina y el Caribe, de cuál es la nueva agenda, de cuáles son los desafíos de esta región y, en función de esa nueva agenda, en función de esas nuevas realidades y en función de esas nuevas exigencias, identificar cuáles son los organismos más idóneos para poder incorporarlos en el camino que nos lleve a lograr los objetivos que queremos. Nos parece, por lo tanto, que si bien es importante que se reflexione a nivel de cada uno de los países y de cada uno de los organismos, nos parece importante también para esa reforma, para esa racionalización y fortalecimiento de la institucionalidad regional, tener una visión de conjunto, una visión que nos ayude a detectar que en este campo hay carencias que tenemos que suplir y para lo cual necesitamos el apoyo de tal o cual organismo.

 

Por lo tanto, es con esta nota sobre una visión global que me gustaría terminar aquí esta intervención, diciéndoles, señor Secretario Permanente y señores miembros del Consejo Latinoamericano, que nosotros creemos en el SELA, que queremos verlo fortalecido, que creemos que ha llegado el momento en estos días donde tenemos una agenda económica muy compleja y desafíos muy importantes en el horizonte, que ha llegado el momento de abordarlos con sinceridad y tratar, por lo tanto, de llegar a conclusiones muy importantes en este Consejo. Les deseo el mayor éxito en las deliberaciones y con esto declaro inaugurada la Reunión Preparatoria del Consejo Latinoamericano.

 

Muchas gracias.

 

 


 

Discurso del Embajador
Carlos J. Moneta,
Secretario Permanente del Sistema Económico
Latinoamericano (SELA), en la primera sesión
plenaria de la etapa ministerial de la XXII Reunión
Ordinaria del Consejo Latinoamericano

(Transcripción de la grabación magnetofónica)

 

Excelentísimo señor Embajador

Carlos Pérez del Castillo,

Ministro Interino de Relaciones Exteriores

de la República Oriental del Uruguay y

Presidente de la XXII Reunión Ordinaria del Consejo Latinoamericano

Excelentísimos señores Ministros y Jefes de Delegación

Excelentísimo señor Secretario General

de la Asociación Latinoamericana de Integración

 

Honorables Delegados,

Distinguidos Observadores e Invitados Especiales

Señoras y señores:

Sean mis primeras palabras para agradecer muy sinceramente al Gobierno de la República Oriental del Uruguay por haber invitado al Consejo Latinoamericano a reunirse en esta hermosa tierra, que al acogedor carácter de su gente suma su arraigada convicción en favor de la democracia y la integración de América Latina y el Caribe.

 

Asimismo, permítame expresarle, señor Presidente, la profunda satisfacción que nos causa verlo dirigiendo los debates del órgano máximo del SELA. Luego de su excelente gestión como Secretario Permanente, se ha preocupado en forma constante por el devenir del Organismo. Estamos seguros que su amplia experiencia será decisiva para la adecuada orientación de las deliberaciones y el éxito de esta XXII Reunión Ordinaria del Consejo Latinoamericano. Mis felicitaciones también a los señores Jefes de Delegación de Panamá, República Dominicana y El Salvador, que comparten la función de miembros de la Mesa Directiva de la reunión.

 

En este marco, deseo expresar especialmente mi agradecimiento a la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). El hecho de que esta reunión del Consejo se realice en su sede es un acto pleno de simbolismo que indica claramente el compromiso que ambas Organizaciones asumen para trabajar conjuntamente al servicio de los países de la región. Le ruego, señor Secretario General, transmitir este agradecimiento al señor Presidente y miembros del Comité de Representantes, así como a todo el personal de la institución.

 

Señor Presidente:

 

Esta mañana hemos tenido ocasión de participar en una sesión inaugural, distinta, rica en pensamiento y propuestas para la acción en un tema de relieve: el Panel sobre "La agenda de comercio multilateral y América Latina y el Caribe", con el que se ha iniciado esta XXII Reunión Ordinaria del Consejo Latinoamericano y en la que el Excelentísimo señor Presidente del Uruguay, Dr. Julio María Sanguinetti, tuvo la amabilidad de presidir y participar.

 

Al señor Presidente Sanguinetti, así como al Embajador Rubens Ricúpero, Secretario General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), y al Dr. Jesús Seade, Director General Adjunto de la Organización Mundial de Comercio (OMC), deseo reiterarles nuestro agradecimiento por habernos brindado la oportunidad de conocer e intercambiar puntos de vista sobre un tema de tanta importancia para nuestra región y para esta reunión del Consejo Latinoamericano.

 

Recientemente, el Director General de la OMC, Dr. Renato Ruggiero, comentando la agenda del comercio multilateral, señaló que se observaba un panorama de "luces y sombras". Más allá de la dimensión comercial, en la agenda económica internacional y regional existen también "luces y sombras"; tanto el balance actual de la globalización, como las perspectivas de la evolución futura de ese proceso, contienen activos y pasivos importantes para todos los países de América Latina y el Caribe.

 

Quisiera detenerme un momento, señor Presidente, sobre esos claroscuros, dado que el SELA es un Organismo en el cual inciden en alto grado las variables dadas por el contexto internacional. Por consiguiente, cualquier reflexión y planteamiento sobre su plan de trabajo, su modernización y sus modalidades de acción deben estar profundamente anclados en un análisis de la agenda actual y futura de los Estados Miembros y del sistema internacional y regional en el cual actúan. Es por ello que, al preparar los lineamientos del programa de trabajo que estamos sometiendo a la consideración de este Consejo, la Secretaría ha tenido muy en cuenta ese panorama de luces y sombras.

 

En el plano de las "sombras" observamos, en primer lugar, el déficit social -sin duda, el más grave de todos- que se refleja en los índices de pobreza, de enfermedad, de educación, en fin, en un conjunto de necesidades básicas insatisfechas. Son esos mismos índices los que nos recuerdan que crecimiento y desarrollo no son sinónimos: un reciente estudio del Banco Mundial señalaba que, para frenar (tan sólo frenar) el aumento de la pobreza en América Latina y el Caribe, el promedio de crecimiento de la región debería ser de por lo menos un 5% anual durante los próximos 10 años.

 

En segundo lugar, el déficit tecnológico es muy importante, dado que incide directamente sobre la competitividad de nuestras economías y, por consiguiente, sobre las posibilidades futuras del aparato productivo de vincularse a los flujos de comercio e inversión internacionales. En la industria de América Latina y el Caribe la proporción de productos de alta y mediana tecnología equivale a la mitad de la proporción de dichos productos en la industria de los "tigres asiáticos". Eso significa que, en el comercio de nuestra región, el perfil de los avances tecnológicos incorporado a sus exportaciones es aún muy insuficiente, debido a su bajo grado de especialización tecnológica.

 

En tercer lugar, se encuentra el déficit comercial y financiero, en términos de comercio, deuda externa e inversión. El porcentaje de participación de la región en el comercio mundial, aun cuando aumentó, continúa en porcentajes bajos (alrededor del 6%). Ese porcentaje no parece compensar el esfuerzo de apertura unilateral que se inició a fines de los años ochenta. Asimismo, los flujos de capital extranjero no resultan adecuados para el aún bajo nivel de ahorro e inversión interna.

 

En cuarto lugar, podría ubicarse el déficit "institucional". Aludimos con ello al conjunto de problemas que aqueja a las instituciones públicas y a los organismos privados relacionados con la actividad económica y las políticas sociales en los países de la región, dificultando alcanzar la eficiencia y la capacidad de respuesta deseada ante las demandas de la globalización.

 

El conjunto de "sombras" citadas apunta insistentemente hacia los problemas estructurales de las economías de América Latina y el Caribe. Estos se expresan en asimetrías: en el plano interno, en la distribución del ingreso, pero también en la educación y en los avances tecnológicos, en las oportunidades de empleo, en la capacidad de competir con las empresas extranjeras. En el ámbito externo, las asimetrías se revelan en las relaciones económicas entre los países, poniendo en evidencia capacidades y grados distintos de inserción en la economía global y en la participación en las decisiones que atañen a la gestión del sistema económico global.

 

No obstante, al lado de esas nubes sombrías observamos también, como producto de la evolución reciente de la economía mundial, "luces" que se traducen en potencialidades y en activos importantes para nuestro desarrollo económico y social.

 

En primer lugar, se destaca el dinamismo del comercio y de las inversiones intrarregionales, que demuestra que el sector empresarial es capaz de avanzar más allá de las oportunidades que le brindan las negociaciones intergubernamentales. Por primera vez en la historia, la integración de la región avanza tanto en el plano formal -mediante una positiva proliferación de acuerdos de todo tipo- como en las corrientes reales de los intercambios comerciales y financieros. Más aún, asistimos hoy en día a una profundización de los procesos de integración en todos los campos, sobre todo en aquéllos que difícilmente se recogen en los datos estadísticos, porque son de orden cualitativo: es el caso, por ejemplo, de la integración social y cultural, punto de partida no sólo para consolidar lo logrado sino también para emprender rumbos más ambiciosos en la integración, y para consolidar la proyección internacional de todos los esquemas y acuerdos subregionales.

 

A ello se añade el hecho de que la región se ha convertido en un importante polo de atracción de la inversión extranjera: hemos dejado atrás la imagen de una región que se asociaba únicamente con la deuda externa. En esta época de implacable competencia entre los países para atraer capitales, no deja de ser significativa la confianza que demuestran inversionistas, grandes y pequeños, provenientes de distintas latitudes.

El último elemento que quisiera señalar como altamente positivo y relevante para el mediano y largo plazo, es el que se refiere a la intensificación de los vínculos extrarregionales, en particular, con la Unión Europea y la APEC, China, Japón y otros polos de actividad económica. Estos vínculos despiertan una vocación multilateral en la política comercial de la región que, a la par del intenso proceso de negociaciones comerciales que lleva a cabo, no ha descuidado el fortalecimiento de sus vínculos con socios extrarregionales.

 

Nos parece que estas "luces y sombras" deberían ser tenidas muy en cuenta para determinar las áreas y las modalidades de acción prioritarias del SELA: las áreas temáticas del Organismo se derivan directamente de las agendas económicas y sociales de los gobiernos, forzosamente cambiantes y ajustables en función de las transformaciones internas y externas que se producen en los planos regional, hemisférico y multilateral.

 

En lo que respecta a las áreas temáticas, la primera ventaja comparativa del SELA radica en el permanente paralelismo que siempre ha existido entre su agenda de trabajo y la de los Gabinetes económicos de sus Estados Miembros: el programa de trabajo del SELA es una suerte de "espejo" de las tareas cotidianas de los gobiernos en relación con el desarrollo económico y social. Es también ese "espejo", que refleja la realidad y sus cambios, el que determina la relevancia política del organismo. En ese dinámico y caleidoscópico marco, creemos que el Consejo Latinoamericano es el foro adecuado para realizar un balance global de los instrumentos y de los avances de la región en materia de cooperación, integración e inserción externa. De igual manera, consideramos que las modalidades de acción del organismo son flexibles y versátiles: abarcan trabajos de seguimiento, análisis y reflexión prospectiva, programas de formación y de apoyo técnico a las negociaciones, iniciativas de cooperación horizontal y, como eje que emerge con creciente fuerza, el intercambio de experiencias nacionales, así como el apoyo a la consulta y coordinación entre los Estados Miembros, todo ello en función de lo que estos últimos indiquen, según las circunstancias y las necesidades específicas de las subregiones.

 

En definitiva, señor Presidente, consideramos al SELA como un instrumento útil para todos sus Estados Miembros en la formulación e instrumentación de sus estrategias de desarrollo y en su actuación en los foros internacionales. Lo concebimos también como una pieza importante en la maquinaria de la integración regional y un apoyo en el escalamiento de su vertiente más prometedora y difícil: la convergencia.

 

En este sentido, el SELA ya ha avanzado en el imprescindible proceso de fortalecimiento y racionalización de todos los organismos que forman parte de la maquinaria institucional de América Latina y el Caribe. El esfuerzo de la Secretaría Permanente por apoyar el proceso de modernización del Organismo se realiza tomando muy en cuenta las directivas de los Estados Miembros. Creemos que durante esta reunión se obtendrán importantes avances en esa materia.

 

Señores Ministros y Honorables Delegados,

 

El Popol-Vuh -quizás el primer libro de la integración regional- señala que cuando todo comenzó, los Dioses Constructores "hablaron; entonces celebraron consejo, entonces pensaron, se comprendieron, unieron sus palabras, sus sabidurías."

 

Sin pretender ser Dioses Constructores, sí pretendemos contribuir a que el SELA constituya un foro donde los países de América Latina y el Caribe pueden dialogar, entenderse y construir el futuro con un lenguaje común a todos ellos.

 

Ese lenguaje común de nuestra región se refiere al desarrollo integral y sostenible, y no sólo al crecimiento y al medio ambiente; habla de transferencia de tecnología y no sólo de propiedad intelectual; de profundización y convergencia de todo lo que se ha logrado en materia de integración entre nuestros países; de acceso transparente a los mercados y no sólo de competitividad; de seguridad económica regional, en contraste con agresivas medidas unilaterales y extraterritoriales; del nuevo papel de los Estados en sus responsabilidades económicas y sociales y no sólo de desregulación y apertura.

 

Nuestro lenguaje -el lenguaje del SELA- señor Presidente, es también el lenguaje de la diversidad y de la unión, del intercambio y de la cooperación, dentro del mosaico de países que conforman nuestro organismo y de apoyo a una región que aspira a una posición de vanguardia en el escenario mundial.

 

Muchas gracias.

 


http://www.sela.org
sela@sela.org

   SELA,  Secretaría Permanente
Av Francisco de Miranda, Torre Europa, Piso 4, Urb. Campo Alegre,
Caracas 1060- Venezuela
Tlf: (58) (212) 955.71.11 Fax: (58) (212) 951.52.92