Discurso del Secretario Permanente del SELA en la Reunión Preparatoria
    del Consejo Latinoamericano
    Caracas, 16 de Octubre de 2000.

    Damos inicio hoy a la Etapa Preparatoria de la XXVI Reunión del Consejo Latinoamericano. Es la primera en que participo como Secretario Permanente,  en circunstancias verdaderamente excepcionales. Mencionaré dos en este momento.

    En primer lugar, más allá de las incertidumbres que han rodeado el desempeño económico de América Latina y el Caribe, se vislumbra el comienzo de una fase de crecimiento, estimándose para el 2000 y el 2001 una tasa promedio superior al 4% anual. La región ha sabido resistir los embates de una crisis financiera internacional causada por factores fuera de su control y se prepara para emprender nuevas empresas vinculadas con su inserción internacional en un escenario de globalización a partir de un reforzado proceso de integración regional. Su objetivo es lograr más y mejor inserción a través de más y mayor integración. La Cumbre Suramericana realizada en Brasilia hace unas semanas dio directivas y estableció tareas para consolidar la unidad regional, entre Sudamérica, Centroamérica, el Caribe y México. Entre los organismos a quienes le corresponderá llevar adelante esta empresa se encuentra, por su composición y alcance, el SELA.

     

    En segundo lugar, estas nuevas condiciones de la región coinciden con la celebración del vigésimo quinto aniversario de la suscripción del Convenio de Panamá, que le dio origen al SELA. Para conmemorarlo dignamente y reflexionar sobre las experiencias acumuladas y sobre las condiciones para el relanzamiento de nuestro organismo en el nuevo siglo hemos invitado a todos los ex Secretarios Permanentes, a fin de desarrollar con ellos una jornada de reflexión acerca de los “25 años del SELA: Misión y Perspectivas”. Agradecemos muy vivamente la respuesta positiva de ellos, en lo que seguramente constituye un hecho excepcional: la presencia conjunta de todos ellos en este Consejo.

     

    Para la Secretaría Permanente, este primer año a cargo de su conducción, está colmado de experiencias contrastantes. En efecto, frente a las angustias financieras que nos han agobiado e impedido cumplir a cabalidad con los mandatos dados por este Consejo Latinoamericano en sus anteriores reuniones, sentimos satisfacción, porque, pese a todo, se ha podido desarrollar una apreciable labor, gracias al esfuerzo generoso y solidario de su personal estable, de sus consultores y amigos. Todos ellos, imbuidos de una fuerte mística, han seguido aportando sus mejores energías a los trabajos del Organismo, manteniéndolo vivo y en condiciones de responder a muchas de las demandas que le han formulado los gobiernos y sociedades de sus Estados Miembros.

     

    Enfrentamos la crisis financiera propia, profundizando las políticas de austeridad, haciendo recortes sustanciales de gastos y congelando temporalmente los cargos. Como lo podremos ver en el momento de considerar el Informe Anual de la Secretaría Permanente, se han cubierto con actividades sustantivas las tres grandes áreas temáticas del organismo, o sea: las relaciones extrarregionales, las relaciones intrarregionales y la cooperación regional, aunque se han debido postergar importantes actividades, como las reuniones regionales de política comercial, política industrial y cooperación técnica. En cambio, en materia de PYMES, el Convenio AECI-SELA nos permitió desarrollar el programa previsto, que tiene un sentido muy especial: uno de sus objetivos es lograr el lanzamiento del Programa Iberpyme, que fuera adoptado en la Cumbre Iberoamericana de Oporto, Portugal, un año atrás.

     

    Todos los esfuerzos realizados durante este año nos servirán de base para enfrentar un año 2001, cargado de desafíos y de posibilidades. En este sentido desearía referirme brevemente, a la agenda de trabajo para el año próximo y a algunos factores que podrían servir para fortalecer al organismo y asegurar su vigencia futura. El centro de la actividad futura de la Secretaría Permanente será la exploración de los caminos que contribuyan a la articulación y convergencia del entramado de acuerdos subregionales, plurilaterales y bilaterales de integración y libre comercio que unen a los países de la región. El tratamiento de la institucionalidad latinoamericana se inscribe en esta búsqueda destinada a identificar los mecanismos que conduzcan a consolidar la unidad regional. Ella es una condición necesaria para enfrentar las diferentes negociaciones que se desarrollan simultáneamente en el nuevo escenario mundial globalizado.

     

    En tal sentido, dadas las profundas interdependencias entre los aspectos internos y externos de la agenda internacional de América Latina y el Caribe, cada uno de los temas privilegiados en el nuevo Programa de Trabajo, en las tres grandes áreas temáticas que estableciera el Consejo Latinoamericano en su XXIV Reunión, serán abordados interrelacionando el análisis de los temas, la difusión de sus contenidos, la cooperación intrarregional para resolver sus problemas y la capacitación de los recursos humanos de nuestros países para participar más eficientemente en las múltiples negociaciones, actualmente en curso.

     

    Para coronar exitosamente estos esfuerzos y dar comienzo a esta nueva etapa del SELA, acompañando como organismo latinoamericano y caribeño, a sus países miembros, debemos hacer referencia a una limitante de su actividad y capacidad de comunicación con sus países miembros. Me refiero a la necesidad de normalizar definitivamente la situación financiera de la Secretaría Permanente. Hemos logrado trabajar y cumplir gracias al esfuerzo de muchos países y de los recursos extra-presupuestarios que surgen de convenios de cooperación, pero para planificar las actividades y cumplir a cabalidad con los mandatos que se le encomiendan, es imprescindible que todos los países miembros honren sus compromisos financieros. Sólo así el organismos podrá realizar su misión y dar su aporte a los fines que se le fijaron, hace 25 años, al suscribirse el Convenio de Panamá.

     

    Las tareas que tenemos por delante, tanto los estados miembros individualmente, como los organismos internacionales que los agrupan, son cada día más intensas y hasta abrumadoras, poniendo a prueba todas nuestras capacidades. El propio cuadro de conjunto de nuestra región semeja un bosque espeso donde es fácil perderse. Incluso los expertos sufren por esta circunstancia. Desde fuera de la región he podido captar también un cierto anhelo porque hagamos un esfuerzo sistematizador que introduzca claridad y haga más eficientes y operativos nuestros esquemas integracionistas. Los europeos, en particular, que tienen mucha experiencia, nos han hecho llegar mensajes en ese sentido.

     

    Debemos tomar nota de estas observaciones y sumarlas a las razones propias de la región, que se basan en el interés directo de nuestros pueblos por tener mejores herramientas para resolver sus problemas.

     

    El SELA está al servicio de estas inquietudes y va a continuar tratando de contribuir con su accionar a que la región crezca y se inserte en la economía mundial integrándose y así logre enfrentar mejor los desafíos que tiene por delante. Expreso aquí el deseo de la Secretaría Permanente de que los trabajos de este Consejo Latinoamericano se orienten también en esta dirección, en la certeza de que este es el camino más conveniente para nuestros pueblos.

     

 


http://www.sela.org
sela@sela.org
   SELA,  Secretaría Permanente
Av Francisco de Miranda, Torre Europa, Piso 4, Urb. Campo Alegre,
Caracas 1060- Venezuela
Tlf: (58) (212) 955.71.11 Fax: (58) (212) 951.52.92